Ultras del Athletic pretendían atacar a deportivistas con petardos y metralla

DEPORTES

Antiviolencia multó con 6.000 euros a cada uno de los 28 hinchas que fueron identificados el domingo en A Coruña

17 abr 2008 . Actualizado a las 02:09 h.

La tragedia rondó el estadio de Riazor el pasado domingo. Antes del partido del Deportivo contra el Athletic (cinco de la tarde), agentes de la Unidad de Intervención Policial del Cuerpo Nacional de Policía localizaron a un grupo de ultras bilbaínos de la peña Herri Norte en una obra próxima al recinto. Allí se incautaron de petardos de gran potencia que los radicales habían adherido a botellas vacías y trozos de hierro que funcionaban como metralla, pero portaban además palos, piedras, ladrillos y otras armas arrojadizas.

Su intención era entrar con todo ese material en General, donde se sitúan habitualmente los miembros de la peña Riazor Blues, con los que están enemistados. De hecho, tenían entradas para esa grada. La intervención policial ha podido evitar una tragedia dentro del campo por el enfrentamiento entre las aficiones. Fueron las cámaras de seguridad del estadio las que permitieron la localización de los ultras en la obra.

«Tenían petardos de gran potencia pegados a botellas y trozos de hierro, con un efecto detonante muy fuerte y con el peligro que supone la metralla», explica José Freire, inspector jefe en A Coruña del Cuerpo Nacional de Policía y coordinador de la seguridad del estadio de Riazor. Freire confirmó además que se trataba de miembros de Herri Norte que estaban controlados dos horas antes del inicio del partido y que ya se habían paseado por los aledaños de Riazor con camisetas de la peña Celtarras (radicales del Celta), al grito unánime de «tenemos que matar a un riazor blues».

Ahora, la Comisión Antiviolencia ha propuesto una multa de 6.000 euros y prohibición de acceso a cualquier recinto deportivo por un período de 2 años «a cada uno de los 28 aficionados identificados que llevaban consigo diferentes artefactos explosivos con metralla adherida, botellas de cristal y otros elementos arrojadizos, como ladrillos, piedras y demás material», según el comunicado del citado organismo.

Los seguidores del Athletic no fueron detenidos, sino identificados. «Tiraron el material cuando llegó la policía y solo se les podía imputar una falta. Si los deteníamos, había que soltarlos, y habría sido peor que después se desperdigaran por toda la ciudad», explica Freire.

La solución de la policía, una vez desarmados, fue meterlos en el campo al final del primer tiempo y tenerlos controlados en una esquina de Tribuna Inferior para dejarlos en su autocar al final del encuentro. Así se evitaron los incidentes.

En otra esquina del estadio, entre Pabellón y Preferencia, había otros dos mil seguidores del Athletic. «Pero tampoco podíamos meterlos allí -agrega Freire-, porque se llevan a matar con ellos y habríamos creado un problema tremendo».

Antiviolencia, que depende del Ministerio del Interior, multó además con 4.000 euros y un año sin poder entrar en recintos deportivos a otros tres hinchas del conjunto bilbaíno que «amenazaron e insultaron gravemente» a agentes policiales.