La trayectoria de Roger Federer en lo que va de temporada ha hecho poner en guardia al suizo. En realidad, con su flojísimo balance de quince partidos disputados, de los que ha ganado once y ha perdido cuatro, le han permitido ver las orejas al lobo. Por ello decidió inscribirse en el Open de Estoril para tomar contacto con la tierra batida, su asignatura pendiente.
Su objetivo no es otro que tomarse muy en serio los preparativos para acudir suficientemente preparado a la cita de Roland Garros, cuyo torneo se le ha negado pese a todos sus nueve intentos. Federer no solo se presentó en Estoril, sino que además lo hizo con su nuevo asesor, el español José Higueras, el técnico que en su momento controló la puesta en forma de jugadores de la talla de Michael Chang y Jim Courier
Higueras, nuevo asesor
Federer depositó su confianza en José Higueras tras recibir los mejores informes de profesionales que han trabajado al lado del ex tenista.
Lo cierto es que a Roger Federer le espera una ardua tarea si quiere opositar a la corona de campeón en París. El de Basilea ha reducido su programa a la mínima expresión en lo que va de temporada y eso le ha impedido consolidar su privilegiado tenis. Ha disputado cuatro torneos (Open de Australia, Dubái, Masters Series de Indian Wells y Masters Series de Miami).
Sus mayores conquistas han sido alcanzar las semifinales de Australia (perdió con Djokovic) e Indian Wells (fue derrotado por Mardy Fish). En Miami fue derrotado por Roddick en cuartos de final y en Dubái se despidió a las primeras de cambio tras ser superado por el escocés Andy Murray.
Sus decepcionantes resultados le han impedido incrementar el ya sustancioso saldo de su cuenta corriente (39.234.088 euros). Su participación en los cuatro torneos que ha disputado solo le ha proporcionado ingresos por 527.010, algo así como una miseria con relación a sus elevadas ganancias.
El sorteo de Estoril le ha deparado como primer rival al belga Olivier Rochus (40), al que se ha impuesto en los cinco partidos que han jugado.