«¡Ahora, Quini, ahora!»

Pedro J. Barreiros

DEPORTES

09 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuentan que los cimientos del Molinón se estremecían cada vez que la grada entonaba su grito de guerra: «¡Ahora, Quini, ahora!». Era la señal de que el Brujo, el histórico futbolista del Sporting y del Barcelona, se preparaba para hacer de las suyas en las áreas de los equipos rivales. Cinco veces máximo goleador de Primera (1974, 1976, 1980, 1981 y 1982) y en dos ocasiones más de Segunda División (1970 y 1977), Enrique Castro, actual delegado del equipo gijonés, donde se le considera toda una leyenda, permanece en el Hospital General de Oviedo después de ser operado de dos tumores en la garganta.

La intervención, que estuvo dirigida por el especialista Carlos Suárez, duró unas cinco horas y, a su conclusión, el equipo médico que le atendió manifestó su satisfacción por cómo se había desarrollado. Quini, de 58 años, fue trasladado ayer a una habitación de planta. Se calcula que su estancia en el centro sanitario podría prolongarse por una semana y es seguro que luego será sometido a un tratamiento de quimioterapia para vencer el cáncer que padece.

Contra el Elche de David Vidal

Como homenaje al legendario delantero, todos los equipos del Sporting (desde la primera plantilla hasta los prebenjamines de la escuela de Mareo) vestirán este fin de semana camisetas con el lema «¡Ahora, Quini, ahora!». El conjunto de Segunda División quiere dedicarle la victoria en Elche, donde se enfrenta mañana (a las 12.00 horas, en Canal +) al cuadro entrenado por David Vidal.

Aunque la enfermedad del ex jugador era conocida (había sido operado hace más de un año de un problema similar), la noticia de una nueva intervención sobrecogió a todos. Al término del partido del pasado domingo frente al Las Palmas, casi susurrando y sin querer levantar la voz, Quini se despidió: «¡Hasta la vista a todos, el jueves me operan y espero volver pronto!». Así, sin más. Solo ante la sorpresa e insistencia de los periodistas, añadió: «¿Cómo puedo explicaros algo que difícilmente yo comprendo? Me operaré y volveré? no sé cuándo, pero volveré».

Los mensajes de ánimo para el futbolista y su familia se suceden. «Cambio el ascenso por tu recuperación», llegó a escribir un aficionado en uno de los numerosos foros abiertos. Y eso que el Sporting abre la segunda vuelta de la Liga en puestos de ascenso y puede regresar a la máxima categoría después de diez temporadas... Pero nadie ha olvidado la identificación de Quini con la elástica rojiblanca, su pundonor sobre el césped y los goles marcados, que lo encumbran como el mejor artillero español junto a Zarra. La grada sabía que nadie podría evitar su remate en un saque de esquina, pues en el instante preciso el delantero daría un paso adelante, saltaría más que los defensas y marcaría.

Autógrafos y peñas

Su ascendencia no ha menguado con los años. En los desplazamientos del equipo asturiano, el ex jugador es el más solicitado para autógrafos y fotografías, pero no solo entre los aficionados veteranos. También los más jóvenes le rinden admiración. No en vano, hace solo quince días inauguró una nueva peña en Asturias dedicada a su figura.

Una de sus numerosas anécdotas le sucedió en Motril el pasado mes de noviembre. Allí, una pareja acudió al hotel de concentración del equipo gijonés para saludar al Brujo y fotografiarse con un cuadro de su boda, en la que había coincidido con el ex futbolista internacional. El pasado lunes en Mareo, solo unos momentos antes de despedirse ante la prensa, la familia del ex deportivista Javier Manjarín y unos amigos quisieron posar en una foto con el ex futbolista. Y él, para quien se trata de una petición habitual, la atendió con naturalidad y amabilidad.

También en el vestuario rojiblanco la figura de Quini juega un papel especial, pues suele dar el primer abrazo de bienvenida a los jugadores, sobre todo a los delanteros. Este es el motivo por el que el futbolista que acaba de marcar corre a celebrarlo en muchas ocasiones al banquillo, con el fin de abrazarse al Brujo, a modo de agradecimiento por haberle dado ánimos y hasta anticiparle que iba a anotar. Así, en la última visita al campo del Éibar, el croata Bilic buscó el abrazo con el legendario goleador tras el tercer tanto gijonés.