El Barça vuelve a cambiar de cromos. Esta vez será Thierry Henry el que tenga que ceder su espacio a Samuel Eto'o, que recibió ayer el alta médica después de tres meses de lesión y que podrá jugar contra el Deportivo el domingo.
Ahora será el delantero francés el que contemple desde la lejanía de la grada cómo su compañero se reintegra a la disciplina azulgrana. Le toca al estilete camerunés saciar el apetito ofensivo de sus socios, una expectativa que se contempla con anhelo desde la masa social barcelonista.
A Eto'o se le echa mucho de menos en Barcelona. Su presión a la zaga rival y su indudable hambre de gol lo convierten en un jugador imprescindible para Rijkaard. Ahora la necesidad de contar con él es todavía más decisiva, teniendo en cuenta la baja de Henry y el pésimo estado de forma de Ronaldinho.
El técnico holandés espera que su pupilo otorgue al equipo el punto de agresividad necesaria para resolver la desastrosa racha del Barça lejos del Camp Nou.
Doble percance
El camerunés ha repetido su experiencia de la pasada temporada. Al problema de rodilla de septiembre del 2006, que lo mantuvo algo más de cuatro meses de baja, se sumó en el pasado Gamper una grave lesión en el denominado músculo del chut. Eto'o sufrió el percance el 29 de agosto. Tres meses después se dispone a volver. Sin embargo, empezará en el banquillo y su plaza como titular no le será devuelta hasta la visita del Stuttgart al Camp Nou el día 12.
Eto'o ha evitado precipitarse. Sus ansias por reaparecer le ocasionaron problemas en el pasado. Su precipitación alargó la puesta a punto de una rodilla que hubiese necesitado más cuidados. Ahora se lo ha tomado con más calma y la recuperación ha ido mejor.
A la espera del Real Madrid
La voluntad del cuerpo técnico es que Eto'o esté en plenitud de facultades físicas para los decisivos partidos ante el Valencia y el Real Madrid, justo antes del parón navideño. Después, el Barça volverá a perderlo, ya que se marchará en enero del 2008 a Ghana para disputar la Copa de África.