El primer problema con el que va a tener que bregar Lotina es el centro del campo del Deportivo, que en el primer partido de Liga se desinfló como un globo.
La pareja Sergio-De Guzmán fue un completo desastre. El canadiense se descentró, perdió la posición y numerosos balones.
Lo de Sergio fue, si cabe, peor. Destinado por Lotina a llevar la batuta en el Deportivo, su dirección de orquesta fue ante el Almería un concierto cacofónico. Incapaz de controlar los balones más sencillos, entregó muchos de ellos al rival en una primera parte para el olvido. Cuando se centró algo más, en la segunda, se vio desbordado por los centrocampistas rivales. El público se le echó encima y lo abroncó en cada pelota que tocó hasta el final del partido.
Lotina empleó en la segunda parte a Verdú, que relevó a un perdido De Guzmán. Con el equipo volcado, el juego al menos fue más fluido.