El británico no respondió a su equipo por radio y no hubo fiesta final

j. m. r.

DEPORTES

06 ago 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

Hungaroring | El final de carrera no fue habitual. Tras el triunfo de Hamilton llegó la tradicional felicitación de su ingeniero por radio, pero ésta no fue correspondida por el piloto. Ni una respuesta desde el fórmula uno. Fue una reacción que no gustó en la escudería y que provocó un poscarrera muy frío.

En McLaren no hubo fiesta con Hamilton, ni los mecánicos fueron a felicitarlo efusivamente. No se sabe si fue por orden expresa de Ron Dennis, para manifestar el malestar reinante con él, pero lo cierto es que sólo contó con las felicitaciones de su padre y poco más. En el motor home de McLaren hubo champán, pero poco y restringido a la zona de Hamilton, sin atreverse nadie a ofrecer el espumoso a la colonia española situada en la parte izquierda del hogar.

Tradicionalmente, todos los miembros del equipo, pilotos incluidos, han de ponerse una camiseta roja cuando hay victoria, pero no hubo unanimidad ni en eso. Por supuesto, Alonso y su grupo de colaboradores se saltaron ese protocolo. El horno no está para bollos en la escudería británica y no se sabe muy bien el rumbo que van a tomar los acontecimientos.

Dennis no sabe qué hacer ahora que se le ha ido de la mano, y además tiene a la prensa británica al acecho. «Me siento tan vacío tras este duro fin de semana, que es difícil que me quede alguna emoción que exteriorizar», confesaba tras mostrarse cohibido después del triunfo de su pupilo.