El Arsenal puso el turbo en Vigo

Juan Villar VIGO

DEPORTES

El Celta fue incapaz de frenar el enorme despliegue ofensivo de los ingleses

24 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Lo más probable, salvo enorme sorpresa dentro de quince días en Londres, es que Balaídos se despidiese ayer de un año de fiesta europea. A lo mejor pasa mucho tiempo hasta que la Liga de Campeones vuelva a Vigo. Fue una despedida amarga por el resultado, pero bonita por el fútbol que se presenció. El Arsenal desplegó un potencial ofensivo espectacular y demostró ser un serio candidato al título. Los celestes iniciaron el partido sin temor, pero con mucho respeto, tratando ante todo de no cederle al Arsenal el balón y de no perder el orden. Antic apostó por un doble pivote y para ello repescó a José Ignacio, que junto a Luccin impidió que los ingleses se hiciesen dueños del centro del campo. El Celta fue capaz de hacerse con el ritmo del partido en los primeros minutos y jugó con paciencia a la espera de que surgiese la oportunidad de sorprender a la defensa de los cañoneros. Y fueron viguesas las primeras aproximaciones, en dos centros de Ángel que primero sacó Lauren ante la presión de Edú y después no conectó limpiamente con la cabeza Milosevic. Pero la respuesta del Arsenal fue inmediata y contundente con un balón largo sobre Henry que mostró su talento en un taconazo hacia la entrada de Reyes que, desmarcado, no supo concluir la acción y su remate fue atrapado muy bien por Cavallero. Cambio de ritmo El partido entró entonces en la dinámica que le interesaba al Arsenal al coger un ritmo vertiginoso en el que el balón se paseó de una portería a la otra. El Celta pudo adelantarse en el marcador en un contragolpe a raíz del robo de una pelota a Reyes, pero José Ignacio y Milosevic fueron más lentos que los defensas londinenses y en la siguiente acción llegó el gol de los británicos con una jugada tan absurda como desafortunada. Edu inauguró el marcador con bastante suerte tras agarar un rechace y Cavallero, en su intento por sacar el balón acabó con un golpe que le provocó una herida. El juego se reanudó y el Celta superó el golpe con entereza ayudado por el rápido empate cosechado por el otro Edú, el céltico, que sacó su cabecinha de oro en un golpe franco sacado por Sylvinho. A partir de ese momento las cartas estaban boca arriba. Cada equipo había mostrado sus virtudes y sus defectos y el duelo caería del que mejor supiese administrarlos. Sin embargo, los célticos no estaban inspirados ofensivamente. El único que ponía ofrecía algún motivo para inquietar a los ingleses era Edú, pues Mostovoi y Milosevic no estaban finos. Antic observó que Edú era el jugador más inspirado en la noche de ayer y en el descanso le indicó que cambiase de banda con Ángel para intentar aprovechar la mayor fragilidad del lateral izquierdo, Clichy, con respecto a Lauren. Y le dio resultado porque el Celta salió revolucionado gracias a las internadas del brasileño, que en el primer minuto del segundo tiempo centró un balón a la cabeza de Mostovoi que el ruso envió al travesaño. Los celestes se volcaron claramente en busca del segundo gol y esa actitud dejó huecos en defensa que propiciaban los venenosos contragolpes del Arsenal. Edu, nuevamente, adelantó a los ingleses en una brillantísima acción individual en la que dejó sentado a Berizzo y desde fuera del área cruzó a la escuadra de la portería céltica. Parecía que el Celta podía quedar noqueado con este gol, pero siete minutos después volvió a meterse en el partido y en la eliminatoria en un saque de esquina que tras cabecear Sergio, José Ignacio aprovechó que el balón quedó suelto dentro del área para enviarlo al fondo de la red. Sin embargo, los jugadores del Arsenal sacaron toda su clase, que es enorme, porque quieren ganar la Champions, su asignatura pendiente. En una pared entre Pires y Henry que remató el primero, llegó el tercer gol que pone la eliminatoria cuesta arriba.