«Llegar a saber tanto de fútbol como Rafa es complicado»

Pablo Gómez Cundíns
Pablo Gómez REDACCIÓN

DEPORTES

01 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Esta ourensana de Madrid es el alter ego de Benítez, el último técnico que le robó una Liga a los grandes y que seguirá dando guerra, a tenor del 1-6 endosado al Málaga. Tiene treinta y seis años de edad, pero su voz es la de una optimista veinteañera. Su calma al hablar supone el contrapunto perfecto a los gritos de las pequeñas Claudia (cinco años) y Ágata (quince meses). Da la impresión de que la gallega Montserrat Seara aporta el grado de serenidad necesaria para que la vida no se desquicie más de la cuenta en el hogar de un entrenador de fútbol: el de Rafael Benítez, técnico del Valencia. Hija de padre científico y madre maestra, nació en Madrid porque hace tres décadas era el destino laboral de sus progenitores. -Por supuesto, es que nací en Madrid de pura casualidad. En mi domicilio se habla gallego y vamos a casa de mis padres en cuanto podemos. Ellos viven entre Santiago y Ourense. -Cum laude en Derecho. Con razón Rafa dice que usted es muy inteligente. -Eso dicen los papeles. Pero son sólo eso, papeles. -¿Cómo conoció a Rafael? -En un gimnasio de Madrid muy famoso en su época, que se llamaba Abasota. Yo iba a entrenar y él era el director. Y... -Javier Irureta vive en un hotel de A Coruña, por no verse obligado a cambiar los planes de su familia a mitad de temporada si las cosas se tuercen. -Pues yo procuro seguir a Rafa allá adonde va. Creo que depende de cómo entienda uno la familia. Cuando te casas con un entrenador de fútbol, sabes que vas a llevar una vida un poco nómada. Además, soy gallega y creo que todos los gallegos tenemos el alma viajera. -Y después de tanto viaje, ¿cuál es la ciudad que más le atrajo? -De todas se puede obtener algo positivo. -¿Y para vivir? Valencia no debe de estar mal. -Pues para vivir, Galicia, pero no puede ser. -¿La prensa valenciana critica mucho a su marido entrenador? -La prensa da caña en todas partes, pero no depende de lo que se diga o escriba, sino de cómo lo recibes. Esto lo tenemos superado. De lo contrario, se hace difícil. -El público de Mestalla silba como pocos. -Bueno, el carácter mediterráneo es diferente al que nosotros tenemos en el norte. Pero no es para tanto. -¿Benítez se lleva trabajo para casa? Y no me diga usted como toda la gente relacionada con el balompié, que afirma que en su casa no habla de fútbol. -Pues aquí sí se habla de fútbol. Y mucho. Sólo que yo, a veces, lo único que hago es escuchar. Porque, la verdad, no entiendo mucho y llegar a saber tanto de fútbol como Rafa es complicado. Pero creo que esto sucede como en cualquier matrimonio y en cualquier profesión. Se habla de trabajo, pero lo que pasa es que el trabajo de Rafa es algo tan popular como el fútbol. -Peor sería ser esposa de un árbitro. -Buff... Eso sí sería... -Debe de ser una lata tener que buscar empleo en cada ciudad. -Ahora soy profesora en la UNED en Valencia, pero hasta el momento me dediqué a la investigación. Siempre me gustó mucho más estudiar que ejercer, así que buscar ocupación para mí no ha sido una obsesión. -¿Cómo vivió el campeonato de Liga que ganó el Valencia en el año 2002? -Fue increíble. Había que estar aquí para saber lo que se siente. Te quedas enganchada al fútbol. -Benítez es un hombre educado y correcto, y dice que usted es inteligente y analítica. La verdad es que no encajan ustedes en el mundo del fútbol, ¿Tienen amigos en este deporte? -Pues no. La verdad es que el fútbol no es para hacer amigos. Ahora, muchos aprovechan para subirse al carro. Los amigos que tenemos son los de antes, gente que no pertenece al ámbito futbolístico. -Lo tendrán complicado para reunirse. -La verdad es que sí, pero hay que decir que ellos hacen más esfuerzos que nosotros, acercándose adonde nosotros estamos. -Por cierto, ¿hacen buena pareja Rafa y usted? -Mira, a mí me dicen que tengo mentalidad germánica, que soy una cabeza cuadrada, así que creo que encajamos, sí. -¿Y en su familia, son del Dépor o del Celta? -Siempre hubo de todo, pero ahora son de su equipo y guardan un rinconcito de su corazón para el Valencia. -¿Y usted? -Ahora soy del Valencia. Y después me fijo en los resultados de los gallegos. -¿Acompaña a su marido a los desplazamientos? -No. Es su trabajo, no van de turistas. No me inmiscuyo en los viajes del equipo, aunque algunas ciudades sean apetecibles. -Me parece a mí que usted es poco futbolera, ¿al menos ve los partidos? -Tampoco. Me pongo muy nerviosa. Luego leo el resultado en el teletexto. -Pues el del Real Madrid de la Copa debió de ser de infarto. -Es que en ése no puse ni el teletexto. -¿Le han pedido algún autógrafo en Valencia? -En las tiendas o en los comercios me conocen, pero todavía no han llegado a tanto... (La conversación se interrumpe de forma brusca, pero amable, debido a las voces de una de las niñas. Montserrat se despide con unas disculpas).