La instalación será restaurada en tierra firme para volver a su lugar original en la Illa das Esculturas
06 dic 2008 . Actualizado a las 03:07 h.Una batea por los aires. La pieza de Francisco Leiro que forma parte de la Illa das Esculturas, en Pontevedra, abandonó ayer por primera vez desde el verano del 99 las aguas del río Lérez con el objeto de ser restaurada en tierra firme. La plataforma que sostiene el conjunto escultórico volcó hace unas semanas debido al mal estado de los anclajes, y las piezas de granito acabaron en el fondo del río.
El Concello inició entonces un operativo para recuperar y restaurar las piezas, renovar por completo el sistema que mantiene la escultura a flote -dos flotadores de bateas y una plataforma de madera anclados a un muerto en el fondo- y para que la pieza, en definitiva, recupere su imagen original.
Primero se encargó a un equipo de buzos la localización de las piezas repartidas por el fondo del río y un análisis del estado de la infraestructura que sostiene al conjunto. Una grabación de esa parte del operativo se puede ver en la web municipal, www.pontevedra.eu. Los buzos localizaron todas las piezas y determinaron que la madera se encuentra en muy mal estado.
La segunda parte de ese operativo se completó ayer, y consistió en llevar a tierra firme todos los elementos de la batea. Lo más espectacular fue el izado de la estructura, para lo que se utilizó una enorme grúa.
Ahora, el propio Leiro supervisará los trabajos de restauración en tierra firme, para lo que visitará Pontevedra en las próximas semanas. El concejal de Medio Ambiente Urbano, Raimundo González Carballo, señaló ayer que la idea es instalar un sistema similar al de los pantalanes de los puertos deportivos para mantener la escultura a flote, de forma que se minimice el efecto de las mareas y de las corrientes del río en la zona.
La escultura-bautizada por el autor como Saavedra pero conocida popularmente como La batea del Lérez- representa un salón con sillones, estantería y otros elementos. Fue instalada en julio del 99 dentro del proyecto artístico impulsado por el Xacobeo en Pontevedra, que convirtió un espacio natural degradado en la Illa das Esculturas, con piezas diseñadas por una docena de artistas internacionales. La de Leiro es la única de las obras a la que no se puede acceder físicamente, a menos que se utilice una embarcación.