Un día después de que el empresario de la feria taurina, Luis Álvarez, alertase de la posibilidad de que esta actividad se cayese del cartel de las fiestas del año que viene, por lo que entiende como falta de implicación del nuevo gobierno local, el alcalde no quiso despejar ayer las dudas.
Explica Carlos Negreira que la prórroga de la feria es un «debate que se debe abordar dentro del IMCE, que será el encargado de organizar las próximas fiestas y de tomar las decisiones», al tiempo que lamentó la insistencia en focalizar la atención del programa de fiestas únicamente en las corridas de toros: «¿Por qué no se pregunta por los juegos infantiles, que están teniendo mucho éxito, o por si habrá feria de artesanía el año que viene?».
En ese sentido, el regidor pidió calma para abordar el debate sobre la continuidad de los toros. «No actuaremos por impulsos, solo porque a alguien le interese, porque las prisas nunca son buenas consejeras y hay un órgano responsable para tomar la decisión», apuntó Negreira, que criticó que se intente presionar al gobierno para condicionar su postura sobre la prórroga del contrato con la concesionaria de la feria.
Tras varios requiebros a las preguntas, el alcalde tampoco quiso concretar su postura personal sobre los toros: «Yo puedo tener unos gustos personales, pero no se los voy a imponer a los coruñeses, no serán las filias y fobias del alcalde las que determinen el programa de fiestas, sino la disponibilidad económica del Ayuntamiento», argumentó Negreira.
Ante la indefinición del gobierno local, la empresa concesionaria de la feria, Inversiones Chicó, tiene ahora un mes para decidir si solicita la prórroga del contrato, aunque Álvarez no descartó que la compañía opte, directamente, por no pedirla. En caso de que finalmente sí lo haga, sería el Ayuntamiento quien decida si renueva la subvención de 138.000 euros para garantizar la celebración de las corridas en la ciudad.