«El libro es un objeto fetiche»

Fernando Molezún A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

El librero defiende la pervivencia del papel sobre los formatos digitales

01 ago 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Juan Carlos Sanmiguel es uno de esos afortunados que han conseguido hacer de una afición un medio de vida. El presidente de la Agrupación de Libreros de A Coruña es un librero atípico, y así lo reconoce. En primer lugar, vende cómics en su librería, Alita. Y puede que no guarde la imagen que cualquiera puede tener sobre cómo es un librero. Coleccionista compulsivo, trabaja y vive rodeado por sus pasiones, y eso se ve en su casa. Ya desde la entrada uno puede adivinar lo que se va a encontrar en su interior, cuando al pisar el felpudo se enciende en este una hilera de marcianitos pixelados, como los del añejo videojuego Space Invaders, para dar la bienvenida al visitante. El resto parece más un museo que una vivienda, una casa de sueños. Aunque en el mes de agosto le toca despertar y estar alerta para involucrarse en la Feria del Libro, que arranca hoy, y en el salón del cómic: «Podría decir que odio este mes, pero no, al final tanto trabajo es gratificante, aunque el resto del mundo esté de vacaciones», admite.

-Con la Feria del Libro en marcha, ¿piensa ya en la Rúa da BD de Viñetas desde el Atlántico?

-Primero vamos con lo que estamos, pero sí, ya estamos preparando actividades para intentar involucrar a la gente. Que el salón del cómic no sea solo exposición y ventas, que haya más interacción a pie de calle.

-¿Cómo viene la feria en esta época de austeridad?.

-Pues se mantiene. Puede que al libro le llegase la crisis un poco más tarde. Se devuelve mucho material a las distribuidoras, así que se está editando menos. Y tampoco hay tanta subvención pública para sacar libros. Pero la feria se mantiene.

-Y a eso hay que sumarle la amenaza digital de los nuevos formatos de lectura.

-Dicho así suena a Farenheit 451. Las ventas de libros digitales en España han subido, pero todavía no son tan relevantes comparadas con el libro tradicional. No creo que tengamos nada que temer por ahora. Además, hay muchas vías para que sean compatibles ambos formatos. Incluso puede que esto revitalice el sector y empuje a la gente a leer más. Pero al libro le queda una larga vida. Es un objeto fetiche, tiene una gran carga sensorial. Hay quien viene a la tienda y al abrir un volumen lo primero que hace es olerlo. Eso no hay tablet que te lo dé.

-Hablando de fetiches, usted colecciona casi de todo.

-Soy un coleccionista compulsivo. Perseguí todo lo que encontré de un personaje de cómic japonés, Devilman, y cuando ya no encontraba nada más empecé a buscar cosas de la película Tron. Eso, las consolas antiguas... En el fondo debe de ser síndrome de Peter Pan, agarrarse a las cosas que nos atan a la juventud. Al fin y al cabo es ir consiguiendo cosas con las que soñabas desde niño.

-¿Y qué sueño le queda por cumplir?

-Por ejemplo, editar los libros y películas de Devilman en español, que no los hay. O algo que en su día parecía que iba a realizarse y que se quedó por el camino: que A Coruña tenga su museo del cómic.