Corren (muy) malos tiempos para encontrar trabajo. Tanto que muchos de los que otrora seleccionaban y seleccionaban hasta encontrar la ocupación que se ajustase a su gusto, hoy aceptan lo que toque. Pero los hay que van más allá. Y, en vez de revisar en los anuncios por palabras y rastrear páginas de Internet, se echan a la calle enfundados en su deseo: encontrar un empleo.
Se ve en la imagen. Esta camiseta es el recurso para los que no quieren dejar la búsqueda ni un minuto. En ella queda reflejado el fin. El que la lleva avisa de que se ofrece para lo que sea necesario y que está dispuesto a la incorporación inmediata en cuanto lo llamen. Y deja un aviso: «Si tienes alguna oferta o sabes de algo, dame un toque, me veas donde me veas. Para eso me pongo esta camiseta».
Fito es el responsable de la tienda Kamisetas Locas, situada en Juan Flórez, al lado de la iglesia de los Capuchinos. Allí despacha estas camisetas que confiesa que «no se venden mucho». ¿Por qué? «La gente pasa, las ve en el escaparte y se ríe mucho, pero luego para llevar una de ellas puesta por la calle hay que ser un tipo muy echado para adelante. Pero también esa es la forma de hacerse notar y encontrar un trabajo», comenta riéndose.
En varios colores (negra y amarilla) y tintas (blanca y amarilla), cuestan 12 euros. Nada al lado de lo que sugiere: la posibilidad caminar por la calle y dar con el empleador adecuado que lea la leyenda y decida sacar a una persona de la lista del INEM. En los (muy) malos tiempos que corren no hay que descartar ninguna opción.