En verano, funcionarios, acusados, testigos y demás personas que acuden al edificio de los Nuevos Juzgados se asan de calor. Durante el invierno, cuando llueve, aparecen las goteras. Así transcurre el año en los tribunales coruñeses, una construcción admirada por todos los que ahí trabajan y acuden, por su luminosidad y distribución -desde cualquier planta se observan todas las salas-. Pero esos problemas que arrastra desde su inauguración, hace ya más de una década, se van a acabar. Al parecer. La Consellería de Presidencia aprobó e inició las obras de reposición de la cubierta del edificio, que en la actualidad es de plástico.
Las obras consisten en cambiar ese tejado por una cristalera, lo que supone que el edificio no perderá su enorme luminosidad -el gasto en luz es mínimo debido a que apenas son necesarias las bombillas-. Eso sí, desaparecerá el plástico, el gran problema de este edificio, algo que los trabajadores llevaban pidiendo años.
Estos trabajos que ahora empiezan -los operarios comenzaron a colocar el gigantesco andamio de cinco plantas que los acercará al tejado- son parte del proyecto de reordenación y reforma del edificio, que comenzó hace tres meses con la habilitación de nuevos juzgados en la primera primera planta. El traslado del Registro Civil a los bajos del antiguo cine Equitativa en la plaza de Vigo posibilitó crear un espacio en los Nuevos Juzgados para acoger una sala y ampliar el juzgado de Violencia Doméstica, que hasta hace poco ocupaba un minúsculo habitáculo, en el que parte de los funcionarios tenían que trabajar en un pasillo y no había forma de separar a los acusados de las víctimas.
Las obras de reposición de la cubierta llegan en el mejor momento, antes del verano, cuando aprieta el sol y el edificio se convierte en un horno. Los funcionarios temían que los trabajos no comenzasen hasta septiembre, temiéndose lo peor, tener que pasar los meses calurosos a altísimas temperaturas. Se espera que las obras finalicen en un mes.