El reinado de los cupcakes como dulce chic en la ciudad empieza a tambalearse. A las magdalenas con glaseados de colores que hacían las delicias de Sarah Jessica Parker en Sexo en Nueva York le ha salido competencia. Se trata de los macarons, una delicatesen de origen francés que llega también con empuje televisivo. Sí, Serena Van Der Goodse, Blair Waldorf y el resto de los personajes de la serie Gossip Girl se pirran por los macarons. El que los fans se echasen a por ellos era cuestión de tiempo.
«Este dulce existe desde hace mucho tiempo, pero ahora se ha vuelto a poner de moda», dice Vanesa Costa, responsable del obrador de repostería creativa Alatarta. «Además de la serie Gossip Girl, en la última película de Sexo en Nueva York las chicas también los toman. Y, claro, la gente que los ve los quiere probar».
A un euro la pieza, estos macarons coruñeses son iguales a los forman esas pirámides deslumbrantes que se pueden ver en las pastelerías de Londres, Tokio, Nueva York o París, su ciudad por excelencia. «Mi madre estudió en Francia y allí fue donde aprendió. Antes, los hacíamos solo por encargo. Ahora, entre la televisión y que la gente los ve por ahí cuando viaja, los hemos llevado a la tienda de la plaza de Maestro Mateo. Y ha sido un éxito».
La clientela de los macarons es mayoritariamente femenina. «Los hombres se animan poco a poco», puntualiza Vanesa. Ellas y ellos quieren probar el particular dulzor de este producto que ya hacía las delicias de la reina María Antonieta en el siglo XVIII y que ahora enamora a las actrices de Hollywood.
«Cualquier momento del día es bueno para tomarse uno», sostiene Vanesa, que indica que la calidad de la materia prima aquí es básica. «La tapa es de almendra con un horneado especial -señala- y el relleno varía en función del color». ¿Algún sabor recomendado? «Todos son exquisitos», asegura. «Quien prueba, repite», añade.