El Ayuntamiento ordena el cese de actividad del pub American Corner, por denuncias de ruido

Javier Becerra
Javier Becerra A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

25 nov 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El Ayuntamiento ha ordenado el cese de actividad temporal del pub American Corner por no presentar un certificado de aislamiento acústico que le fue requerido en varias ocasiones. Fuentes municipales indican que el expediente del que se deriva esta decisión se abrió en el 2008 y que la última vez que se le requirió la presentación del citado certificado fue el 28 de septiembre del 2010.

Tras este último intento, el propietario del local presentó la documentación requerida, pero esta sin embargo no se ajustaba a la exigida por el Ayuntamiento. Días después, la Policía Local efectuó mediciones acústicas que dieron un resultado positivo y, tras una nueva denuncia de la persona que motivó la apertura del expediente, el Ayuntamiento optó por el cese temporal como medida provisional. Tras una alegación del propietario y otra nueva denuncia de otro vecino, se concedió un plazo de tres meses para que el hostelero presente la documentación oportuna, dejando vigente la orden de cese de actividad.

El propietario del local, Raúl Fernández, sostiene que no tuvo ninguna notificación en su día por parte de la sección de disciplina urbanística y por ello no entregó la certificación: «Cuando me enteré, lo quise hacer. Pero no cuento con la autorización del vecino de la casa desde la cual se debería efectuar dicha medición».

Por ello Fernández solicita al Ayuntamiento la suspensión de esa orden y que insten por vía administrativa al citado vecino para que permita realizar las pruebas necesarias: «Tengo todo en regla y no tengo ningún problema para realizar las mediciones. En todo el tiempo que llevo abierto nunca tuve ningún problema con los más de 40 vecinos del edificio en el que tengo el local. Solo en el 2008 un vecino de enfrente se quejó, pero la policía no pudo demostrar que ese ruido procediera de mi local. En estos momentos tengo siete empleados a los que le tengo que pagar el sueldo igual».

El hostelero dice que en su día se aseguró de que su negocio quedase aislado acústicamente: «Cuando abrimos la normativa pedía un aislamiento hasta 80 decibelios, yo lo hice a 100 decibelios. Además, tengo doble puerta y se trata de un local para gente de más de 35 años, no es el típico local de tralla». Fernández calcula que cada fin de semana equivale a una pérdida de entre 10.000 y 12.000 euros, por lo que espera que el Ayuntamiento le permita abrir las puertas lo antes posible.