Escribe un libro con los cuentos que inventó para contarles a sus hijos

Pablo Portabales
Pablo Portabales PABLO.PORTABALES@RADIOVOZ.COM

A CORUÑA

23 nov 2010 . Actualizado a las 04:28 h.

Su apellido es poco común por estas latitudes, Pittaluga, pero en poco más de un mes es la segunda vez que lo escribo en esta crónica. La primera fue con motivo de las fiestas del Pilar del Ventorrillo cuando los hermanos Camila y Emilio Pérez Pittaluga fueron elegidos Reyes de los festejos del barrio. «Son mis hijos», apunta sonriente Adelaida Pittaluga , una venezolana afincada en A Coruña que acaba de presentar su primer libro infantil que, precisamente, recoge uno de los cuentos que relataba a Camila y Emilio cuando eran pequeños. «Es el primero que me publican, en concreto la editorial Nova Galicia de Vigo, pero tengo otros muchos de cuando mis hijos eran parvulitos», comenta la autora, licenciada en Literatura y que es actriz y profesora de teatro en el colegio María Barbeito y en el Rafael Dieste. El libro lleva por título El caramelito sin color y sin sabor y «es un texto que profundiza en valores como la amistad, la integración y la empatía de una forma divertida», explica Adelaida, que presentó su primer en la asociación de vecinos de su barrio. «Soy coruñesa y del Ventorrillo de corazón, Nos sentimos muy a gusto aquí», asegura esta mujer de apellido Pittaluga.

«Reconozco que no sé tocar la guitarra pero este fin de semana ya practiqué algo. Quiero aprenderme por lo menos los acordes de Bienvenidos », apunta sonriente Alejandro Rodríguez Pazos , un agente forestal coruñés de 44 años que ganó la guitarra firmada por Miguel Ríos que sorteó la red de tiendas Horno Sanbrandán. «Suelo participar en concursos pero nunca me había tocado nada y cuando me llamaron pensé que era una broma», comenta Alejandro, que dice que es aficionado a la música, en especial el rock y la tradicional gallega, y que tiene un hijo disyóquey. Ahí lo tienen, en el despacho de Fuente Álamo donde suele comprar el pan, que, en este caso, vino con una guitarra debajo del brazo.

Silvia Penide

, que hace poco presentó su nuevo disco, se acercó ayer hasta el instituto de Adormideras para ofrecer una «conferencia-concierto». Así definió su participación en el original ciclo que inauguró en el centro en el que cursó estudios. «A una profesora que me dio clase y que sigue allí se le ocurrió hacer un ciclo con ex alumnos que sigan relacionados con la rama artística», me explicó la cantautora. Y dobló, ya que después de subirse al escenario para los estudiantes de primer curso, repitió actuación y charla para los de segundo. «Fue muy divertido», aseguró la artista de Meicende.

Manuel Quintáns Fernández

, sacerdote de Cambre, no se lo esperaba. Llegó a la iglesia y se encontró con un buen número de fieles que se dieron cita ex profeso para felicitarlo por sus 25 años en la parroquia. Empezó a oficiar misa en este municipio cuando las anteriores protagonistas abandonaban la Compañía de María. Fue una sorpresa que terminó con una cena en Casa Alfredo, en Cecebre.