Una paella para 2.000 personas

R. Domínguez A CORUÑA/LA VOZ.

A CORUÑA

Los vecinos de Dorneda degustaron un plato para el que se necesitaron dos días de preparación y mil kilos de ingredientes

27 sep 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

A los remos que sirvieron de cucharas estaba ayer en Dorneda, muy cerca de donde vivía Ana Kiro, Santos. Así lo conocen los vecinos y así lo llamaban ya hace 26 años en Venezuela, cuando elaboró la que durante mucho tiempo fue la paella más grande del mundo. En aquella ocasión, en 1984, fue en la Irmandade Galega de Caracas, donde una actuación de Ana Kiro congregó a 22.000 personas.

«A metade quedaron sen comer, ela xuntou moita xente e en 20 minutos quedamos sen arroz», recordaba ayer este hombre de 75 años que ayer, junto con 30 voluntariosos cocineros y colaboradores, se afanaban por cocer en grandes cantidades el gustoso plato. «Foi casualidade que coincidira coa súa morte», lamentaba el capitán de la cocina al aire libre, impulsor de una iniciativa que cumple en tierras oleirenses cinco ediciones tras un parón de siete años desde la última edición.

Ayer no fue para 10.000 comensales, pero sí se alimentó a unos 2.000 tras una trabajosa elaboración que requirió desde fabricar a la medida una cazuela de 4 por 3 metros de superficie, hasta levantar con bloques y cementos una estructura que hiciera de hornillo en el que apoyarla. «Empezamos o sábado ás sete da tarde e estivemos ata as cinco da mañá, e hoxe (por ayer) levamos dende primeira hora», explicaba.

La paella gigante requirió unos mil kilos de ingredientes, todos ellos donados por casas comerciales, entre arroz, pollo, costilla de cerdo, calamares, almejas, berberechos, guisantes, tomates, pimientos, cebollas, ajo, aceite de oliva y azafrán.

A medida que la gente se iba acercando al campo de la fiesta, los chefs alimentaban el fuego y cargaban la paellera, entre los ensayos de los grupos que amenizaron xantar y sobremesa. César de Centi, Rober y Los Muchachicha, Javi Pazos, Los 22, Mr. Bloom y Solo pusieron el ritmo. Y el vino Tío Pepe, nada menos que seis botellas, el toque final de una receta que, 26 años atrás, coció al son de la música de Ana Kiro.