Abandonan cerca de una protectora de animales un perro de raza peligrosa herido

Toni Silva CULLEREDO/LA VOZ.

A CORUÑA

Los laceros recogieron al perro para trasladarlo a la perrera municipal de A Coruña
Los laceros recogieron al perro para trasladarlo a la perrera municipal de A Coruña CÉSAR QUIAN

Apareció atado junto a un árbol y con lesiones en el pescuezo cerca de Apadán.

15 sep 2010 . Actualizado a las 14:11 h.

Bajo el tórrido sol del anticiclón de septiembre y con unas profundas heridas en su pescuezo, un perro de grandes dimensiones, cruce de presa, agonizaba ayer al mediodía atado a un árbol en un rincón entre Culleredo y Carral. A pocos metros se encontraba el centro de Apadán, una asociación protectora de animales. No es una situación nueva. Muchos propietarios que quieren desprenderse de sus mascotas eligen las cercanías de esta asociación para tranquilizar sus conciencias imaginando que Apadán les dará los cuidados que ellos han decidido negarles.

Además de Roberto, un vecino de la zona, los propios empleados de Apadán solicitaron ayuda para que recogieran al can potencialmente peligroso por su raza, pero con el paso de las horas se comprobaría que es especialmente dócil. «Muchos nos piden un sitio para su perro, les decimos que no lo tenemos y entonces dejan a su perro atado por aquí cerca», señalan desde Apadán.

Gran despliegue

Ante la llamada de ayuda a varios servicios municipales de los concellos limítrofes, al lugar acudieron miembros de Protección Civil de Carral, así como agentes de la Policía Local de este municipio y miembros del Seprona, que levantaron un atestado ante el pésimo estado en que se encontraba el animal. Algunos sospecharon que los cortes en el pescuezo se debían a una violenta forma de retirar el microchip identificativo, pero los análisis posteriores certificaron que se trataba de mordeduras por peleas con otros perros.

Finalmente fue la empresa Servicios Gallegos de Lacería la que recogió al perro y lo trasladó a un veterinario donde fue operado. Calculan que el perro, al que aún no han puesto nombre, tiene aproximadamente dos años. Ahora le espera una estancia en la perrera municipal de A Coruña por espacio de unos veinte días en espera de que su dueño lo reclame. Dado el abandono que acaba de sufrir junto a las naves de Altamira y si nadie decide adoptarlo el can será sacrificado.