La Universidad necesitaría 3.475 hectáreas de bosque para poder compensar sus emisiones de CO2

A CORUÑA

23 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

No solo la industria es causante del efecto invernadero, hay otras actividades que provocan numerosas emisiones a la atmósfera, aunque de manera más imperceptible. En el caso de la Universidade da Coruña, un convenio entre la Oficina de Medio Ambiente y en el que colaboran el Ayuntamiento y la Xunta, ha permitido medir lo que sería su contaminación.

Manuel Soto, director de la Oficina de Medio Ambiente, reconoció que de los «resultados da medición da pegada ecolóxica resultan que serían precisas 3.475 hectáreas de bosque cada ano para contrarrestar as emisións, xa que se emiten 22.000 toneladas de CO2, o que ven sendo 50 veces os espazos que ocupan os campus».

Al estudiar cuáles son los principales causantes de estas emisiones se indicó que más del 43% corresponde a los problemas derivados de la movilidad. Si bien es motivada en la mayoría de los casos por la decisión personal a la hora de elegir el medio de transporte y está condicionada por las infraestructuras que habilitan las administraciones locales y metropolitanas, Soto cree que no se puede evitar tampoco la responsabilidad achacable a la propia UDC.

En este sentido y para analizar en profundidad este hecho se está elaborando un Plan de Mobilidade Sostible, que se prevé tener finalizado a lo largo de este año. Respecto al transporte, el director de la Oficina de Medio Ambiente reconoce que se han detectado grandes diferencias en cómo se llega a los distintos espacios de la Universidad, dependiendo de la ubicación del campus. «O uso da bici ou o tren é marxinal, aínda que se promociona a bici co préstamo de 150 unidades, pero no caso do acceso a pé se ben en Elviña e Zapateira non supera o 6%, pode chegar ao 40% noutros casos, polo que se se logra subir reduciríanse as emisións», explica.

Tras la movilidad, los otros grandes generadores de emisiones serían los vinculados al consumo de electricidad (25%) y de gasóleo (13%), aunque Soto reconoce que se ha hecho en los últimos tres años un esfuerzo por reducirlos con la implantación de cuatro instalaciones de energías renovables y la apuesta por sistemas de suficiencia energética.