En mala hora engañó a la ORA

A CORUÑA CIUDAD

Un hombre es condenado a seis meses de prisión por falsificar el tique del estacionamiento cuando aparcó durante unos minutos en Benito Blanco Rajoy

06 abr 2010 . Actualizado a las 10:38 h.

Saltaba a la vista que el tique que había sobre el salpicadero de un Peugeot 207 olía a chamusquina. Y no le pasó inadvertido al empleado que vigila que se cumpla la Ordenanza Reguladora del Aparcamiento (ORA). El uniformado controlaba los vehículos estacionados en la calle Benito Blanco Rajoy el 27 de julio del 2007 cuando llegó a la altura del coche del procesado. Algo le llamó la atención en el recibo. Pegó sus ojos al parabrisas y comprobó que aquel papel era tan falso como un billete de seis euros. Así fue cómo un coruñés que intentó ahorrarse unos céntimos terminó siendo acusado de un delito de falsedad en documento mercantil. Por hacer eso, el hombre fue condenado a seis meses de prisión y, además, deberá pagar una multa de 740 euros.

El condenado pensó que con un escáner, un ordenador y una impresora a color podría aparcar sin echar mano al bolsillo en los lugares regulados por la ORA en la ciudad. El procedimiento resultaba sencillo para cualquiera que tuviese los más mínimos conocimientos informáticos. Así que cogió un tique original, lo escaneó y cambió el día y la hora a su antojo. Pero la tipografía que tenía su computadora no se correspondía con la que presenta el recibo de la ORA. Era algo distinta. Podría pasar por buena, según el atestado, si el empleado del servicio que regula el aparcamiento no se tomase su trabajo en serio. Pero parece casi imposible burlarse de alguien que se pasa ocho horas al día comprobando el mismo recibo. Así que en cuanto el trabajador se percató del camelo llamó a la Policía Municipal informando de lo ocurrido. Dos agentes se desplazaron al lugar y, también a través del parabrisas, vieron que el tique que estaba sobre el salpicadero de aquel Peugeot podría ser falso.

Cuando ya se disponían a poner nombre al propietario del vehículo, este se presentó en el lugar y los policías procedieron a denunciarlo.

Pasaron los meses y a su domicilio llegó una citación judicial en la que se le requería que visitase al juez, pues tenían que notificarle el auto de procesamiento. Ahí, el fiscal le informó que lo que había cometido era un delito de falsedad en documento mercantil y que en el juicio que se celebrase contra él pediría que se le condenase a un año de prisión y al pago de una multa de 1.200 euros.

Mientras, el abogado del imputado solicitó que se absolviese a su cliente al entender que el relato de los hechos que presentaba la acusación pública no se correspondía con la realidad.

Y así se llegó, hace dos semanas, el juicio en el Juzgado de lo Penal número 1 de A Coruña. El procesado, aconsejado por su letrado, prefirió llegar a un acuerdo con el Ministerio Fiscal que entrar a declarar. Pocas opciones tenía de salir absuelto. Así que el abogado alcanzó un acuerdo con la acusación pública. Y a cambio de que reconociese los hechos, de que aceptase que quiso engañar con el tique, aceptó una condena de seis meses de prisión. No cumplirá al no tener antecedentes.