Silvia Longueira, concejala de Servicios Sociales, se refirió ayer al proceso de intervención en Penamoa para señalar que el papel del Ayuntamiento ha finalizado en lo que respecta a las veinte familias que todavía permanecen en el poblado y no se han adscrito al programa municipal de integración. «Hay problemas que trascienden nuestro trabajo y para los que ni siquiera estamos facultados, le toca al poder judicial y a las fuerzas de seguridad», indicó.
Longueira lamentó que en el encuentro del lunes con la asociación y la plataforma del Ventorrillo «algún vecino quisiera entenderlo a su forma», pero insistió que en que «hemos hecho todo e incluso más de lo que nos está permitido en erradicación del chabolismo».
Para esta nueva fase de actuación, la Concejalía de Servicios Sociales ha realizado acciones previas, hasta el punto de que la edila subrayó que «hemos apoyado, informado e incluso liderado» actividades para que la zona quede liberada con la mayor prontitud posible.
Longueira apuntó que, en todo caso, este paso del proceso «no es de realojo, sino de desmantelamiento», y aseguró que sobre las medidas previstas por otras instancias «no puedo hablar, ni opinar; haría un flaco favor -consideró- inmiscuyéndome o entorpeciendo la labor de policías y jueces». «No tengo la osadía de entrometerme en un trabajo para el que no estoy facultada», recalcó.
Por la información que maneja el Ayuntamiento, liberar el asentamiento de las chabolas que todavía están en pie es cuestión de poco tiempo. Si no surgen obstáculos o inconvenientes y todo marcha según lo previsto, en tres meses «tendrían que estar fuera», añadió la concejala. Ese es el plazo que se barajaba ya el año pasado para finalizar el derribo de las infraviviendas cuyos inquilinos rechazaron adherirse al plan de integración.
Críticas del PP
La oposición, que preguntará en el Congreso por qué el delegado del Gobierno no se reúne con la comisión de seguimiento de Penamoa, criticó ayer que Longueira visitase el Ventorrillo «para confirmar el incumplimiento de sus propios compromisos con Penamoa».