Los albergues agotaron sus plazas por el intenso frío del fin de semana

A CORUÑA

La Asociación Renacer, ante la falta de sitio, facilitó el traslado de los necesitados al País Vasco, Vigo y Madrid

12 ene 2010 . Actualizado a las 11:59 h.

El frío intenso del fin de semana propició que las instituciones sociales que se ocupan del cuidado de los más necesitados en la ciudad estuvieran al tope de su capacidad. En algunos casos, incluso, no pudieron acoger a todas las personas que buscaban cobijo o alimentos para combatir las gélidas temperaturas. Tal fue así que, desde algunos de estos centros benéficos, se facilitó el desplazamiento a otras ciudades gallegas y españolas en cuyos albergues todavía existían plazas.

Jose Fernández Pernas, director de la Asociación Renacer, confirma que desde su institución se ayudó a diferentes personas para que fueran trasladadas a lugares como Vigo, Madrid o el País Vasco. «Aquí se llenó completamente y nos vimos totalmente desbordados. Al haber plazas libres en centros de esos lugares facilitamos que algunas personas se pudieran ir allí. Es lo mínimo que podemos hacer», explica.

Fernández indica que las 62 camas con las que cuentan en el hogar de su asociaciones se quedaron cortas: «Habilitamos incluso los sofás que tenemos para poder acoger a más personas, unas 8 o 10 más, pero no sirvió para nada». El director asegura que no recuerda un pico de afluencia tan alto: «Fue algo totalmente excepcional y nos vimos desbordados. Pero hay que esforzarse porque esto es una acción de justicia. La denegación de auxilio es un delito y esta gente pide auxilio».

En el refugio de Padre Rubinos no se llegó a una situación tan grave. De todos modos, la directora del albergue, Clara Gallego, confirma que se suspendieron temporalmente los plazos habituales de estancia de los usuarios y que las plazas del servicio calor y café «se llenaron completamente». Se trata de una modalidad de baja exigencia en la que las personas pueden dormir en sillones. Son 29 sitios, y uno se reserva por si la policía trae a algún transeúnte. De todos modos, al margen de esta opción, en las plazas del albergue, ya con las reglas más estrictas, quedó algún lugar libre.

El mismo incremento de actividad se registró en el Comité Anti Sida Casco. Sonia Balbuena, su directora, indica que, pese a tratarse de un centro de día, «hubo mucha más gente y durante más tiempo buscando café caliente y un lugar en el que poder estar a salvo del frío. Todos los inviernos pasa lo mismo, pero este año quizás ha habido más que otros».