El gobierno local asume la responsabilidad del accidente en el que la turista murió al apoyarse en una barandilla
17 nov 2009 . Actualizado a las 12:54 h.El Ayuntamiento coruñés reconoció su responsabilidad en la muerte de la turista salmantina que murió en el paseo marítimo el pasado mes de marzo y abonará a la familia de la víctima una indemnización de 279.000 euros. Tras varios meses de diálogo entre los servicios jurídicos municipales y el viudo se llegó a un acuerdo en virtud del cual los herederos legales de la fallecida -su esposo y su hijo- retiran todas cuantas acciones legales emprendieron contra el Ayuntamiento.
Esta cantidad entregada a la familia en este acuerdo extrajudicial es muy superior a la fijada en el baremo de responsabilidad civil que marca la ley. En accidentes similares al ocurrido el pasado 21 de marzo en la zona de los Pelamios, donde existe una fallecida de 51 años, un viudo y un hijo mayor de edad, la tabla marca una cantidad no superior a los 104.000 euros de resarcimiento; si bien en el caso de la turista salmantina habría que añadir los daños morales causados, algo que el Ayuntamiento también asumió. Como ejemplo, hace unas semanas se publicaba una sentencia en la que se condenaba al Ayuntamiento de Málaga por la muerte de una mujer que tropezó con una baldosa en mal estado. En el fallo se fijaba en 136.000 euros la indemnización a la familia.
Negociaciones
Con este acuerdo entre el Ayuntamiento y la familia de Isabel Herrera se cierra un contencioso en el que el gobierno local nunca eludió responsabilidades, al entender que la valla en la que se apoyó esta mujer se encontraba en mal estado, lo que provocó que la fallecida se precipitase desde una altura de cinco metros, muriendo en el acto.
En un principio, la familia de la víctima, cuyos intereses son defendidos por el letrado bejarano Juan José Estévez, llegó a amenazar con ir por la vía penal. Pero finalmente acudió a la vía administrativa para exigir al Ayuntamiento una indemnización por lo ocurrido. En caso de que el gobierno local no hubiese aceptado sus pretensiones, la familia tendría que presentar un recurso contencioso-administrativo de responsabilidad patrimonial de la Administración a favor de los herederos legales de la fallecida.
Se sabe que la mujer murió víctima de un traumatismo craneoencefálico severo con resultado de muerte. También trascendió que el informe realizado por la Policía Científica afirmaba que el mal estado de la barandilla fue lo que propició que esta cediese cuando la mujer apoyó su espalda contra la misma. Los tornillos de las sujeciones estaban oxidados o, en algunos casos, faltaban.
Aquella tarde del 21 de marzo, la fallecida paseaba junto a su esposo, una pareja de amigos y la hija pequeña de estos por el paseo marítimo. Ambos matrimonios, de Salamanca, habían escogido Galicia para pasar un puente. Viajaban en sendas autocaravanas. Llegaron a A Coruña unas horas antes, circulaban por el paseo marítimo y encontraron un hueco para estacionar. «¿Por qué demonios tenía que haber sitio para aparcar justamente ahí? Hubiésemos seguido de largo y no hubiese pasado nada», se lamentaba el marido minutos después del accidente. Lo decía porque nada más poner pie en tierra, a escasos 80 metros de la caravana, su esposa encontró la muerte al apoyarse en la barandilla metálica. Apoyó su espalda porque vieron a «un tipo con mala pinta merodear por las autocaravanas» y decidieron vigilarlo. Cayó desde cinco metros. Todos corrieron a socorrerla, pero Isabel Herrera murió en el acto.