El lobo prefiere la carne de corzo y jabalí a la de animales domésticos

LUGO CIUDAD

En la sierra de O Invernadeiro, donde se hizo la investigación, no se detectó ningún ataque a la cabaña

23 oct 2009 . Actualizado a las 14:38 h.

De primer plato, corzo, y de segundo, jabalí. Los lobos tienen muy claras cuáles son sus preferencias culinarias: los animales salvajes, especialmente los corzos, por los que parecen sentir debilidad.

Al menos este es el menú preferido de los cánidos que habitan en la sierra ourensana de O Invernadeiro. De sus gustos no hay duda, ya que han quedado acreditados en un estudio elaborado por la investigadora gallega de la Universidad Autónoma de Madrid Isabel Barja tras identificar el tipo de alimento ingerido por los lobos a partir del análisis de sus heces. El examen de 593 excrementos durante cinco años no deja lugar a dudas: el 62,8% de las presas fueron corzos; el 12.6%, ciervos; el 10%, jabalíes; el 7,7%, ovejas, y el 2,9%, cabras domésticas. Solo que a estos datos hay que añadir un importante matiz: los lobos en ningún caso atacaron a los animales domésticos, sino que se alimentaron de su carroña. Lo mismo ha ocurrido con los ciervos, ya que en la época de estudio se produjo una importante mortandad.

¿Qué significa esto? Que, frente a lo que se cree, a los lobos no les atraen ni las cabras, ni las ovejas, ni las vacas, ni cualquier otro animal que esté bajo el abrigo del hombre.

«No les interesa ni se fijan en este tipo de presas -explica Isabel Barja-, ellos hacen una selección positiva hacia corzos y jabalíes, lo que significa que los buscan; una selección neutra hacia los ciervos, que les resultan indiferentes, y una negativa hacia el ganado». De hecho, la investigadora recalca que en O Invernadeiro, que conoce bien porque es natural de Campobecerros, «no ha habido ningún ataque a la cabaña ganadera. No les interesa, pese a que tenían a su disposición vacas, caballos, potros y terneros».

Uno de los aspectos más importantes que se desprenden del análisis de la dieta de los lobos es que el consumo de ungulados salvajes y domésticos no depende de su disponibilidad o abundancia, sino que son ellos los que marcan sus preferencias. ¿Por qué? La hipótesis de lo que ocurre en los carnívoros de O Invernadeiro es que se trata de un comportamiento heredado. Pero esta situación no parece coincidir con la de los hábitos de los cánidos de otras partes de Galicia. En zonas de Lugo, por ejemplo, el 90% de sus presas son cánidos. Pero en Galicia en general, las indemnizaciones por ataque al ganado se han triplicado entre los años 2004 y 2007.

«De lo que se trataría -explica Barja- sería de extender el modelo de O Invernadeiro a otras zonas de Galicia para transmitir ese aprendizaje que los lobos han adquirido aquí».