El calvario de la repatriación a Perú

A CORUÑA

Los familiares de María Luz Tapia continúan buscando ayudas para trasladar el cuerpo a su país de origen. Necesitan 6.000 euros; por ahora no han llegado a 300

21 jul 2009 . Actualizado a las 11:35 h.

Herida por arma y shock hipovolémico. Esas son las dos anotaciones que figuran como causas de la muerte en el avance del informe de la autopsia de María Luz Tapia, la peruana asesinada la semana pasada en el barrio de los Castros. Ayer mismo, las dos primas carnales que están gestionando el caso en el orden judicial recibían el documento por la mañana.

Es solo uno de los capítulos del peregrinaje que están llevando a cabo estos días Adelaira Flores y Teresa Galindo, las familiares de la fallecida. La primera vive en A Coruña, la segunda ha venido ex profeso desde Madrid para ocuparse de los trámites posteriores a su muerte. Por momentos se ven superadas. No saben en dónde pedir ayuda, carecen de medios económicos suficientes y ni siquiera cuentan con vehículo para poder hacer todos los desplazamientos que les exige todo este embrollo.

«Me estoy gastando unos 25 o 30 euros diarios en teléfono y transporte y lo que gano no me da para poder gastar tanto», explica Adelaira, que trabaja cuidando a un anciano. Tiene un montón de documentos en la mano. Entre diligencias del juzgado, folletos de oenegés y hojas con multitud de números de teléfono, figura una cuenta corriente de Caixa Galicia. Es la que abrió con el objeto de recoger donativos para poder repatriar el cadáver. La última actualización indica un saldo de 227 euros. Hasta los 6.000 que necesitan queda mucho. Para quienes deseen contribuir, el número de cuenta es el 2091?0099?143000045075.

Dos en una habitación

Por la tarde, Adelaira y Teresa acuden al piso al que se iba a ir a vivir María Luz Tapia. La ropa todavía permanecía guardada en bolsas y maletas. Había pagado el principio del mes, pero aún no se había asentado. Tenía dos hijos, uno de ellos son síndrome de Down. Y todo recorte de gastos era poco.

Aquí iba a ahorrar compartiendo gastos con una amiga. Pagaban entre las dos 120 euros y compartían habitación en un quinto sin ascensor en la Gaiteira. Una cama, una cómoda, un silla, un mueble bar, un deshumidificador y una televisión conforman todo el mobiliario. El suelo, de sintasol, se despega por zonas.

La tristeza planea en el piso. Los familiares acuden al lugar en un taxi con una maleta. Cuando ven todo lo que hay que llevar no saben cómo van a hacerlo. Adelaira busca en su móvil amigos y da con uno que tiene un coche. Suspira. Al rato suena el teléfono, quieren hablar con ella. Es la oenegé Equus Zebra. Les donan todo lo que recauden durante una jornada para la repatriación del cadáver.

Mientras esto sucede en la que iba a ser la habitación de María Luz, la comisión de Aspeco (Asociación de Peruanos en A Coruña) se encarga de los contactos con instituciones. Por la tarde o hacían con el Ayuntamiento para citarse con Javier Losada. Acto seguido iban a la Delegación del Gobierno. Todo a pie y ajustando el gasto telefónico. «Si tuviéramos un local social, sería más fácil», comentan mientras se reparten tareas. «Es muy difícil, ya que trabajamos de lunes a viernes, pero lo haremos».