Barrio defiende la unidad de Europa a través de la ruta jacobea

A CORUÑA

20 may 2009 . Actualizado a las 11:54 h.

«Es mucho lo que Santiago le debe a Europa. Pero sin duda es más lo que Europa le debe a Santiago». Así de categórico se mostró ayer el arzobispo compostelano, Julián Barrio, al hablar sobre el papel que ha desempeñado la peregrinación jacobea. La conferencia que impartió en la Fundación Barrié dentro de un ciclo culmina a las ocho de esta tarde con una nueva intervención del arzobispo, que disertará en este caso sobre la relación entre la religiosidad popular y el Camino de Santiago.

Presentado por la vocal del patronato de la fundación, María Luisa Martínez Poch, y por Antonio Roura, párroco de San Jorge e impulsor de este ciclo, Barrio quiso dar respuesta a tres cuestiones que planteó al comienzo de su intervención: qué significado tiene la peregrinación jacobea a día de hoy; si el Camino de Santiago continúa siendo una fuente de esperanza y qué supone Santiago para Europa.

Transformación de Europa

Sobre este último punto, Barrio insistió en la relevancia histórica del Camino, «que favoreció la comprensión mutua entre los pueblos europeos». A ese espíritu de unidad apeló de cara a afrontar el futuro de Europa, «que se encuentra actualmente en busca de su identidad, y que solo la encontrará si mira a su historia más allá de instrumentos políticos, jurídicos y económicos», que a juicio de Barrio se han revelado ineficaces. Por eso, hizo un llamamiento a «una renovación ética y espiritual que reconozca las raíces cristianas del continente», desde una visión «de apertura, sin imponer nada a nadie», ya que, según alegó el arzobispo, «negar la dimensión espiritual de las raíces de Europa es negarnos a nosotros mismos». En este sentido, Barrio abogó por que «nadie puede sentirse ajeno al proceso de transformación de Europa», donde incluyó a la Iglesia.

En una charla llena de referencias a San Agustín, Kempis o a La divina comedia -en la que ya se refiere Dante al apóstol como «el varón por el que Galicia se visita»-, el arzobispo ahondó en el paralelismo entre el Camino de Santiago y la existencia humana: «La peregrinación es una metáfora de la propia vida, una búsqueda constante», que goza de una popularidad cada vez mayor en un tiempo en el que «hemos perdido la capacidad de buscar y nos aferramos a realidades inmediatas».