La pasada madrugada un grupo de lobos volvieron a atacar a un rebaño de ovejas de monte Xalo, en el municipio de Carral. En esta ocasión acabaron con la vida de 18 de ellas, e hirieron de gravedad a otras 12. Según Roberto Castelos, propietario de la explotación, tuvieron que ser varios lobos los que atacaron el rebaño formado por más de mil ejemplares, ya que las reses fueron completamente devoradas. «Hay dos que se las comieron totalmente, y una de ellos pesaba unos 100 kilos», explicó Castelos.
Fue ayer por la mañana cuando el conductor del autobús escolar de la zona le advirtió al propietario del rebaño de la presencia de una oveja muerta a escasos metros de la finca. Inmediatamente, Roberto Castelos se desplazó hasta el lugar y contó más de treinta ejemplares afectados. «Las que están heridas acabarán muriendo, como pasó la otra vez, porque las cicatrices de las mordeduras de los lobos no las curan ni los antibióticos», dijo. «Nunca más ovejas son», lamentó Roberto Castelos.
El rebaño pasta en una zona situada a unos dos kilómetros de la finca donde residen Roberto y Olegario Castelos. Durante la noche las ovejas están al cuidado de dos mastines colocados en los extremos del rebaño; sin embargo, en esta ocasión su presencia no fue útil para advertir a los dueños de que el rebaño estaba siendo atacado. «Hay veces que vienen y se llevan a uno de los perros y, mientras tanto, el resto de los lobos actúan», señaló.
Poco después de lo sucedido, efectivos de Protección Civil de Carral se personaron en el lugar para proporcionar asistencia a los afectados en caso de que fuera necesario. Las reses muertas todavía continúan en la parcela a la espera de que personal de la Consellería de Medio Ambiente acuda a comprobar los hechos. Solo de esta manera los afectados podrán recibir las ayudas que ofrece la administración autonómica en este tipo de situaciones. Las subvenciones varían en función de la edad de las ovejas afectadas.
Más de 3.000 euros
Roberto Castelos calcula que cada res muerta puede suponer entre 100 y 150 euros de pérdidas, por lo que la matanza puede ascender a unos 3.000 euros. «Cada macho como los que aparecieron devorados en el mercado no los encuentras por menos de 200 o 300 euros, y entre los que asaltaron había varios jóvenes que son más valiosos», explicó.