El «peaje» del Martinete se paga en los juzgados

A CORUÑA

02 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La familia denunciada por dar una brutal paliza a un hombre, el pasado mes de mayo, porque se negó a pagar para pasar con su coche frente a su casa, en el número 161 de la carretera del Martinete, acudió ayer a declarar ante la titular del Juzgado de Instrucción número 2. Para negarlo todo. Dijeron que era mentira que cobrasen peaje y que agrediesen a persona alguna. Y, si lo hicieron, fue en legítima defensa. Es más, afirmaron que fueron ellos los golpeados.

Adolfo Montoya recordó que la mañana del pasado 29 de mayo había un tablón junto a la carretera «que no molestaba el tráfico». De pronto, se presentó un vehículo, del que se bajó una mujer que iba de acompañante. Y sin más, «se bajó del coche, me llamó gitano, me gritó que sacase la tabla de la carretera y se cagó en la madre que me parió». El denunciado, según comentó, le contestó que había sitio para pasar. En ese momento, salió su esposa de la casa, «habló con la mujer y esta le llamó puta». Se cogieron de los pelos, pero «yo seguí sentado, no intervine», dijo. Hasta que el conductor del coche, y denunciante, salió del vehículo, «cogió un palo y, cuando me iba a golpear por la espalda, mi hija lo empujó y se cayó al suelo». Luego -según su declaración-, el hombre se levantó, cogió otro palo y lo persiguió «hasta que no me pude aguantar más, reaccioné y se la devolví».

Su esposa, Elena Jiménez, ofreció idéntica versión. Y añadió que ninguno de sus hijos le robó el bolso a la mujer del interior del coche mientras se estaba produciendo el altercado. Tanto Adolfo como su mujer presentaron también denuncia por lesiones contra las supuestas víctimas.

Seguridad vial

En cuanto a las acusaciones de que cobran peaje a todo aquel que circula frente a su casa, los denunciados lo negaron. Tanto Montoya como su esposa reconocieron que suelen poner una tabla sin puntas en la calle, pero «es para que los coches pasen despacio», pues tienen seis hijos y temen por su integridad. Adolfo Montoya precisó que se puso en contacto varias veces con el Ayuntamiento para que pusiera algún tipo de señal o banda rugosa. Admitieron haber puestos obstáculos, pero negaron que cobrasen por pasar.

También descartaron otros episodios como los que ayer les llevaron al juzgado, contra las denuncias de varias personas que declararon haber sido atacados por esa familia cuando intentaban circular frente a su vivienda -un empleado de la Universidad denunció que, en una ocasión, le tiraron una piedra cuando pasaba en moto, con la suerte de que llevaba el casco puesto-.

La otra parte, un hombre de 48 años de edad y una amiga, relataron también que se bajaron del automóvil para retirar el tablón con clavos y, en ese momento, salieron de la casa varias personas advirtiéndoles bajo amenazas que no tocaran el madero, y que, si querían pasar, tenían que pagar. El hombre se negó a abonar ?cantidad alguna y los agresores se abalanzaron sobre él y le dieron puñetazos y patadas.