Joaquín Ponte Naya, naviero emprendedor e impulsor del puerto

Carlos Fernández

A CORUÑA

El cargadero de mineral y el depósito de carbones figuran entre sus logros

13 sep 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuando se habla de los personajes que contribuyeron al desarrollo del puerto coruñés siempre se menciona a Pedro Barrié de la Maza, presidente de la JOP (hoy Autoridad Portuaria) durante tres décadas, pero hay otros con grandes méritos que permanecen hoy casi olvidados. Uno de ellos es Joaquín Ponte Naya.

Había nacido en A Coruña en 1885, hijo de Manuel Ponte Damarta y Rita Naya Núñez, quedándose muy joven huérfano de madre. Su padre se casará más tarde en segundas nupcias con Carmen Romay, que a su vez estaba viuda, con una hija.

Estudios

Joaquín completó sus estudios de Comercio en Inglaterra, pues su padre, almacenista de carbones, tenía conexiones comerciales en Cardiff. Al volver, se empleó como meritorio en la casa consignataria Souto Ramos, para después incorporarse al negocio de su padre, que era gran amigo y correligionario del político Casares Quiroga. También se enamoraría de Abelarda, hija de su madrastra, con la que se casará. Ella tenía 18 años y él 23. Del matrimonio nacerían dos hijos: Manolita y un varón que murió siendo niño.

Tenía Joaquín un carácter emprendedor y las ideas muy claras del comercio, la industria y los servicios en España, a lo que unía el carácter liberal forjado en Inglaterra. Su almacén de mayorista de carbones suministraba a pesqueros (antes había ganado un concurso de suministro a la Armada) en el puerto coruñés y abrió una sucursal en Cádiz para las embarcaciones que faenaban en el banco sahariano. Tiempo después, formó una sociedad con los Pita y los Carballo, que regentaría todos los cines de Cádiz (excepto el Teatro Falla).

Conoce a Menéndez

En sus viajes a Asturias, conocerá a Pedro Menéndez, un joven experto en el comercio y la banca, que había trabajado previamente en Cuba y era copropietario de buques de pesca, y que acabará casándose con su hija y viniendo para A Coruña, donde trabajaría con su suegro. Terminará siendo, a la muerte de Joaquín, presidente de la Naviera Ponte Naya y del futuro Banco del Noroeste.

Entre los logros de Ponte Naya hay que destacar el cargadero de mineral del puerto coruñés, que empezó cargando a buques de su compañía, como el Ponte Pedrido y el Sendeja ; el depósito de carbones, que partió de su aceptación en 1924 de la propuesta del Ministerio de Fomento de cargar el mismo tipo de carbón asturiano que el que se importaba de Cardiff, para paliar la crisis del Principado. Por su fidelidad a este acuerdo, fue titulado almacenista-importador con la facultad de traer este mineral del extranjero sin pedir licencia de importación.

Hay que añadir la casa consignataria Ponte Naya, que contrató en exclusiva los servicios de agente de aduanas de Sanjurjo; la participación en la compañía de seguros Galicia S.A., y el desarrollo en una parcela del polígono de Sabón de la separación de minerales, utilizando un sistema inédito, para beneficiar tanto a las escombreras como las menas de porcentajes bajos.

La principal actividad de Ponte Naya (junto con el negocio de carbones) fue la naviera que llevaría su nombre. Llegó a tener ocho barcos comprados de segunda mano, reformados y mejorados, así como nueve de nueva construcción ( Joaquín Ponte Naya , Pedro Menéndez ), buques auxiliares, e incluso una importante participación en el que fue el mayor petrolero de España: el Álvaro de Bazán , primer buque comercial que se construyó en la Bazán ferrolana.

Toda esta energía emprendedora se truncó el 25 de mayo de 1958 cuando falleció en Cádiz. Sus empresas pasaron a ser regidas por su yerno, Pedro Menéndez, y sus nietos Joaquín Menéndez Ponte y Francisco Dotras. Acabó así una vida cuyos logros bien merecen un nombre en el callejero local y en uno de los muelles del puerto exterior.