«Se pasa algo, baixo». Es un gallego de Sobrado dos Monxes que se sabe cuándo sube, todos los días, excepto cuando llueve, a las tres y media de la tarde, y también cuándo baja, poco tiempo después, tras un paseo por el monte de San Pedro. Inocencio Espido Lago , de 87 años, es el viajero más fiel del ascensor panorámico. Desde hace unos meses nunca falta a su cita vespertina con el elevador, aunque en las últimas semanas no le quedó más remedio que perderse el viaje porque tuvo que ser hospitalizado. Todavía renqueante, el jueves se reencontró con la bola de cristal. Le operaron una pierna y le cuesta andar y por eso lo llevaron en coche. Habitualmente, camina desde la residencia Padre Rubinos en la que reside hasta la falda del monte. El vigilante y la responsable del ascensor lo reciben con una sonrisa. «Ya lo echábamos de menos», dicen. Este carpintero de profesión es la única persona que tiene el privilegio de viajar sentado porque los operarios le prestan con gran cariño el único taburete del que disponen. Inocencio está cansado. Los años y los achaques no hacen como el ascensor, suben, pero nunca bajan. «Non teño medo, se pasa algo, baixo», comenta sin perder el sentido del humor. La bola arranca. Hace calor en su interior, pero Inocencio no se apea el jersey y la cazadora a pesar de la temperatura y de apellidarse Espido. En esta ocasión no va a tomar el café en la cafetería como acostumbra ni bajará andando hasta la residencia, sino que lo hará en su querido ascensor, ya que no está para muchos trotes. Ahí tienen a este hombre que fue propietario de una carpintería en la zona de la calle Barcelona. Cada día paga su billete con tarifa reducida de jubilado, pero creo que le deberían regalar un carné de socio de honor del ascensor. Se lo merece.
Quienes no necesitan ascensor son los niños que ayer se sumaron al primer taller infantil de la Fundación Rodríguez Iglesias . La actividad se estrenó ayer con la intención de enganchar a escolares de primer y segundo curso de primaria a la lectura. Y para hacer de gancho, el dramaturgo y guionista Jacobo Paz Limia . La intención de esta actividad es captar jóvenes lectores a través del juego y la diversión, y la experiencia se repetirá los días 17, 24 y 31. Además, la fundación ya prepara citas similares, pero en otros campos artísticos, en concreto la escultura, el diseño gráfico y el teatro. Los jóvenes artistas tendrán hasta la oportunidad de exponer sus trabajos, ya que se celebrará una jornada de puertas abiertas para mostrar sus pequeñas grandes obras. «Triunfito» y superviviente. Otro tipo de arte es el del último invitado de la Fnac. Se trata de Leo Segarra , cantante especialista en concursos televisivos. Después de darse a conocer con su paso por la Academia de Operación triunfo , quinta temporada, participó también en el reality Supervivientes . Ha hecho también sus pinitos en Los Serrano y le ha dado tiempo también a grabar su nuevo disco, Nuevo Norte . Ayer, habló y firmó discos para sus fans.
Y fans, pero de la torre de Hércules, son en Aisec, la asociación universitaria que, durante su congreso nacional, reunió en torno al faro a 130 estudiantes y recién licenciados de 16 universidades. La visita guiada, obviamente, corrió a cargo de alumnos de Turismo.