Rogelio regresa a la «zona cero»

A CORUÑA

13 mar 2008 . Actualizado a las 13:27 h.

«Estoy abrumado, todo esto me supera», confesaba Rogelio Prieto. Lo decía en el mismo lugar en el que el lunes una virulenta ola arrasó parte del paseo marítimo. Ahí, Rogelio rescató del efecto del mar a Javier Adrián Ferreiro, un chico de 12 años que regresaba del colegio cuando lo arrastró la ola. Prácticamente todas las televisiones de ámbito nacional querían las palabras de este héroe, que niega su condición de tal: «No hice nada del otro mundo, soy un ciudadano normal que ha hecho algo normal. Los héroes no existen, solamente en los cómics y en las películas. Tan solo eché una mano a alguien que lo pedía».

No piensa así Ana María Barreiro, la madre del chico, que una vez más se deshizo en alabanzas ante la acción de Rogelio. «Sí, vale, puede que lo hiciera cualquiera, pero quien estaba en ese momento allí fue usted y por eso le tengo que estar totalmente agradecida», le decía entre flashes y cámaras de televisión. «Cada vez que veo las imágenes me parece realmente impresionante -confesaba la mujer-. No paro de preguntarme: '¿Y si no estuviera allí? ¿Y si no lo coge?'. Así continuamente».

El salvador, sin embargo, no vio las imágenes que han impresionado a todo el país: «De momento no quise verlas. Yo es que volví a nacer ese día y no me apetece verlo de nuevo. Si en vez de darme de lado me da de frente, me podría desfigurar la cara para siempre. O bien que me diera un golpe en la cara y matarme. Lo mejor es tomarse todo esto en plan cómico, olvidarlo y mirar hacia delante».

Buscarlo como sea

Ana María Barreiro explicó una vez más a los medios cómo se fraguó el encuentro con Rogelio Prieto, iniciado por ella misma a través de un mensaje en la página web de La Voz y materializado en la tarde del martes, tal y como recogió este diario en exclusiva anteayer. «Lo tenía que encontrar como fuera. Al ver las imágenes que se grabaron, me di cuenta de lo peligroso que había sido todo y tomé conciencia de lo que sucedió».

Rogelio insistió en que simplemente cumplió con su deber como ciudadano. «Lo que hice el lunes lo haría hoy y lo volvería a hacer mañana -afirmó-. Eso siempre, es mi forma de ser. Yo creo que todo el mundo es capaz, en un momento dado, si se ve en la situación, de hacer algo así».

Eso sí, lo que no quiere es volver a encontrarse en la prensa tal y como apareció el martes: «Ahí, con esa cabeza abatida y sangrando por la cabeza, no me conocía, porque no soy yo mismo. Me veo totalmente hundido, como una persona que está desfallecida que no puede más y que no tiene ganas de nada, que podían dejarlo tirado ahí y no pasaría nada».