Hace ocho años la coruñesa Marga Vázquez abrió un bar en el número 14 de la calle de Iglesia Nueva de Sada; hace tres lo dividió en dos para instalar en una mitad una tienda de regalos en la que hay de todo: artesanía, bisutería y óleos con firma de la casa. Desde entonces bajo el nombre del local -El café de Marga- figura una aclaración: café y regalos.
-¿Cómo se le ocurrió lo de incorporar una tienda en la cafetería?
-El trabajo de hostelería puede ser muy monótono, así que las dos cosas me llenan y divierten mucho más.
-¿Aumentó la clientela desde entonces?
-Pues no lo sé, lo bueno es que no ha bajado, probablemente entren más personas, aunque estamos en una época de crisis y se vende poco en todas las tiendas.
-Tendrá clientes que vienen a por un café y terminan probándose ropa y viceversa...
-Sí, pero también los que vienen a por su consumición y ni miran los regalos o los cuadros.
-¿Y anécdotas?
-Tampoco demasiadas, lo que suele pasar es que algunos clientes se quedan parados en la entrada, como dudando, supongo que al encontrarse con algo diferente de lo que esperan se les pasa por la cabeza que se han equivocado de lugar, pero lo bueno es que no suelen irse.
-¿Quiénes son los artistas de los cuadros?
-Todos los cuadros los ha pintado mi hijo, hace óleos y los vendemos aquí y además le dan un aire muy especial al local.
-¿Y los muebles?
-También se venden. Yo creo que menos gente, en este bar se vende casi de todo.
-¿Y cómo se hace con artículos tan variados?
-Al principio trataba de ponerme de acuerdo con los artesanos de la zona, pero a veces estas relaciones eran complicadas. Así que desde hace unos años me voy a las ferias de los sectores que me interesan y los traigo.
-¿Y cómo lleva un negocio tan diversificado?
-Bien, da más trabajo, pero por ahora me gusta. Claro que me gustaría tener a más gente interesada en vender aquí sus productos y a más clientes para ellos, pero, lo dicho, estamos entrando una época de vacas flacas y habrá que ir poco a poco.
-¿Dicen que hay crisis en los comercios de Sada?
-No, creo que es general, yo vine a Sada desde A Coruña cuando monté el bar y estoy muy contenta, por eso me quedé. Pero lo de las ventas es un retroceso que se nota en casi todos los lugares, que yo sepa, y la causa es muy sencilla: cada vez las familias tienen menos dinero.