Mayores con mucha energía

M. V. M. CARBALLO / LA VOZ

CORISTANCO

Cerca de 900 vecinos de todas las parroquias de Coristanco se lo pasaron en grande en la comida anual que organiza el Concello

08 oct 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

«Se eu tivera uns anos menos...», dice con picardía un vecino de Coristanco cuando ve acercarse a la concejala Clarisa Couto Castro. Ella, que no ha oído el comentario, sonríe abiertamente a los que, como el piropeador, se han animado (y son muchos) a salir a la pista de baile para marcarse, con mucho estilo, un clásico pasodoble.

Un año más, los mayores de Coristanco disfrutaron ayer de una comida especialmente pensada para ellos. Una fiesta anual que la mayoría (había casi 900) esperan ansiosos durante doce meses y que ayer abarrotó el polideportivo de la localidad. «Isto é fantástico», aseguraba uno de los asistentes, que en vez de bailar prefirió ejercer de mirón. «É unha festa moi bonita», confirmaba la comensal de mayor edad, Mercedes Casal Barca, de 95 años, que acudió acompañada por si hijo, Manuel Cancela. Ella tampoco salió a la pista, pero confesaba, coqueta, que siempre había sido una gran bailarina. «O que non quere saír hoxe son eu», aseguraba bromista su hijo.

Los dos, como todos los presentes, incluido el alcalde, Antonio Pensado, y gran parte de la corporación local, disfrutaron de un menú festivo (empanada, pulpo, carne asada y pan de huevo) y la buena música del dúo Diamante, formado por Martín Souto y Arancha Álvarez, dos jóvenes que lograron meterse en el bolsillo a un público entregado, dispuesto a bailar hasta los acordes de prueba. Y gozaron, sobre todo, de la buena compañía de sus convecinos.

«É unha festa que gosta moito e que sempre piden», explicaba el alcalde, quien añadía que, a pesar de la crisis, jamás habían pensado en retirarla. «Hai que aforrar por outros lados e este ano, ao cambiar de ubicación, saíunos máis barata, porque non houbo que alugar as carpas», indicaba. De cobrar a los asistentes, ni pensarlo, a pesar de que muchos no veían descabellada la idea. «Cobralo todo igual non, pero un pouquiño si que poderiamos axudar, porque é só unha vez ao ano», decía una vecina mientras se abría el debate en su mesa. Pero ayer no era día de hablar de crisis, sino de pasarlo bien y de demostrar que a pesar de los años, los mayores de Coristanco se sienten jóvenes. Incluso Rosalía Lage Velo y Gumersinda García Rodríguez, dos vecinas de 105 años que a pesar de no haber podido asistir a la comida fueron agasajadas con sendos ramos de flores que les llevó la concejala de Servizos Sociais, María Ángeles Eiroa, quien también recibió más de un piropo.

FIESTA MULTITUDINARIA