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Celso Sanmartín pasará sus cuentos de boca en boca

La Voz

AGRICULTURA

18 feb 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Bicoca de boca en boca ou contos que non falten

es el nombre del espectáculo que el Celso Fernández Sanmartín -más conocido como Celso Sanmartín- presentará el próximo domingo en la Casa de Cultura de Vimianzo. Es un espectáculo para todos los públicos, en el que este poeta, recopilador y contador de historias trata de transmitir la sabiduría de uns «contos» con los que va teniendo contacto en actos cotidianos. Sanmartín recoge historias desde siempre, inconscientemente, como suele pasar muchas veces, pero las fue recogiendo y adaptando con la intención de contarlas a un público u otro.

Comenzó a hacerlo siendo un adolescente, casi que por casualidad u oportunidad, después de una llamada de la Casa de Juventud de Santiago. Desde entonces lo sigue haciendo, dice en la presentación de su espectáculo, «porque é unha actividade de amor, sentido, paixón: pola lingua, pola oralidade, pola comunicación, por pensar que non se perda un verdadeiro tesouro de historias e contos». Los cuenta «coa boca aberta e coa boa chea». É o que el chama «comunicación desinteresada».

Ha llegado a afirmar que el gusto por hablar se está perdiendo y, él, dice, siente devoción por las personas mayores, los maestros de la oralidad. Por el empeño que ponen en todo aquello que cuenta y que él readapta y hace suyo para ofrecer su espectáculo. Con este que traerá a Vimianzo consiguió reunir a una gran cantidad de gente en la Rúa dos Contos preparada al amparo del Festival Internacional Outono de Teatro de Carballo, al lado de otros, como Cándido Pazó o Avelino González.

«O meu fardo ou repertorio está composto basicamente por contos, historias e memorias ligadas á tradición oral galega e tamén á europea, asentadas na cultura agrícola-gandeira e pedestre», apunta Celso. Le introduce un toque contemporáneo y algo de invención. «Ás nenas e aos nenos -Sanmartín participa en numerosas actividades para los jóvenes-intento contarlles que o que se conta non é unha cifra exacta-exacta, e que a lingua non se pode deixar que se poña de trapo».