La empresa Via comenzó ya en Cee las obras de construcción del polígono industrial, una superficie que será la segunda de ese tipo que se habilite en las comarcas de Fisterra y Soneira después de la finalización del parque de Vimianzo.
Se trata de un polígono algo más pequeño que el vimiancés, con un total de 228.000 metros cuadrados. Pese al menor tamaño y a que el entorno de Cee cuenta con más industria y más negocios que el área de Vimianzo, la demanda por parte de los empresarios, al menos inicialmente, es bastante menor.
Así, mientras en Vimianzo hubo más de cien solicitudes de parcelas para el polígono -peticiones anteriores a conocerse los precios y no vinculantes- en Cee, el presidente de la asociación de empresarios, Jesús Castiñeiras, explica que tan solo se han remitido a la SEA -empresa pública que promueve el parque- entre 15 y 20 peticiones.
No es que los empresarios no tengan interés en el nuevo servicio: «É algo que levamos demandando moitos anos», aclara Castiñeiras, para quien contar con el parque «é necesario». La actual situación económica puede no ayuda a que crezca el interés en el sector por invertir. «A ver se co paso do tempo a xente vaise animando», cuenta Castiñeiras.
Vimianzo, muy caro
Que el parque tenga finalmente éxito o no, señala el empresario, irá también en función de los precios del suelo.
Tomando como referencia los costes de las parcelas en la capital soneirana, no augura mucha salida: «Paréceme esaxerado o que piden en Vimianzo», argumenta, al tiempo que expresa su deseo de que se habiliten ayudas para poder acceder a esos terrenos. «A xente o que quere é saber o prezo, pero iso, como en Vimianzo, non se saberá ata que se remate a obra», explica el edil de Urbanismo, Manuel Lamela. Y es que lo que cueste el metro cuadrado irá en relación directa con la inversión que haga SEA en la construcción del parque.
El de Vimianzo fue sensiblemente más caro que el de Cee, cerca de ocho millones de euros, algo que repercutió en las tarifas.
En el caso del polígono ceense, la empresa adjudicataria de las obras redujo en su oferta el presupuesto previsto de 5,7 millones a algo más de 3,8 millones. Sin embargo, esa cifra no tiene por qué ser definitiva, ya que, explica Lamela, no incluye la acometida eléctrica -podría ser muy cara si se realiza una toma subterránea desde la subestación de Brens- y además podría haber subidas del precio mediante reformados durante la ejecución del proyecto.
Lamela confía en que el parque se llene de naves y asegura que ya hay empresarios esperando para trasladarse a las nuevas instalaciones.