El precio de ahorrar el peaje para llegar hasta Bergantiños

A CORUÑA CIUDAD

Atascos, curvas y puntos negros separan A Coruña de Carballo por la AC-552

31 mar 2008 . Actualizado a las 11:18 h.

Le llaman la carretera de los buitres -ave rapiña que presta su nombre para referirse despectivamente a aquellas personas poco dadas a meter la mano en el bolsillo-. La AC-552 tiene ese sambenito porque se pueden evitar sus 32 kilómetros con 54 curvas, atascos y varios puntos negros con gastar algo más de dos euros. Además, esta vieja carretera que corre paralela a una autopista que lleva a los mismos lugares y en la mitad de tiempo, es una de las vías gallegas con más siniestralidad.

La AC-552 que une A Coruña y Carballo es la hermana pobre de la vía que une idénticas localidades. Una une a trompicones y la otra no. Una siempre padece atascos y la otra no. Una atraviesa varios núcleos de población y la otra no. ¿Ventajas? Una es gratis, y la otra no.

Partiendo desde A Coruña, hay tres caminos que se pueden tomar para dirigirse a Arteixo y luego poner rumbo a Carballo. Uno es por Meicende, otro por el Quinto Pino y el tercero es por autovía. Tomar una u otra opción depende del bolsillo, la costumbre o la paciencia del conductor. Los dos primeros son, a veces, una pesadilla.

Todos saben que si eligen la autovía el trayecto se realiza en quince minutos. Eso sí, previo pago de un euro. En los otros casos, la cosa jamás será inferior a media hora. Y a piano. Solo coinciden en algo. Las tres vías registran los mayores índices de siniestralidad de la comarca.

Las alternativas

De la entrada de la autovía al cruce de Sabón hay seis kilómetros que se pueden hacer en seis minutos (incluido el tiempo que se emplea en pagar el peaje). Recorrer ese tramo cuesta 45 céntimos. Será así hasta que se cumpla la vieja promesa de eliminar el peaje de Sabón. Desde que existe, los usuarios no han hecho más que exigir a las autoridades autonómicas que lo retiren. La demanda llega, sobre todo, de los que lo usan habitualmente en todo su recorrido Si se viaja dos veces al día en una y otra dirección llega a suponer al conductor un desembolso de 4,10 euros al día.

La otra opción, aunque gratuita, aumenta la peligrosidad. La carretera de Arteixo que pasa por el Quinto Pino tiene unas curvas (la de los conejos) que parecen las de un muelle. Un día y a una hora con tráfico denso puede llegar a emplearse 18 minutos en recorrer el tramo. La mayor parte del tiempo se pierde en conducir los dos kilómetros de la parroquia de Vilarrodís. Por Meicende no marcha mejor la cosa. Es todavía peor. En horas punta y con lluvia, no está de más tomar la precaución de llevar una tarta en el coche por si el cumpleaños lo coge a uno en el atasco. Es la opción más lenta. En el mejor de los casos, llegar a Sabón es cosa de 20 minutos, el mismo tiempo que se tarda en ponerse en Carballo por autovía.

Ya en Sabón está el gran tapón. En horas punta, las caravanas de coches que se forman en todos los sentidos y direcciones son interminables. Si el trayecto se hace fuera de esas horas de salida y entrada laboral, todo irá mucho mejor.

Atravesar Arteixo da para otro libro. Semáforos y atascos. La parte buena es que una vez superado el núcleo urbano, la carretera ofrece cinco buenos kilómetros. Hasta llegar a Armentón. Entre esta localidad y Paiosaco, las curvas se multiplican. Las hay de noventa grados, testigos de numerosos accidentes mortales.

Pasado Iglesario, nuevas curvas, pero pronto se llega a A Laracha. El camino, a partir de ahí, se endereza hasta llegar a Carballo, adonde se llega tarde, pero dos euros más rico.