Descompás entre realidad social y política

La Voz

BARBANZA

14 sep 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Tradicionalmente, en Galicia han sido las mujeres las que se han encargado de cuidar a niños y mayores en la familia. Con la incorporación del género femenino al mercado de trabajo, cada vez se hace más difícil compatibilizar ambas ocupaciones, pero parece que Galicia se encuentra todavía entre dos aguas: la reticencia de muchas familias a optar por servicios como las residencias y los centros de día para sus mayores y el amparo que encuentra la Administración en las familias para retrasar, una y otra vez, la construcción de unas infraestructuras que cada año que pasa son más necesarias.

En tan solo diez años, las comarcas de Barbanza, Muros y Noia han visto crecer exponencialmente el número de mayores que habitan en sus municipios. A día de hoy son más de 27.000, y la crisis demográfica que sufre la comunidad gallega solo hace que el envejecimiento poblacional no pare de crecer.

Progresiones distintas

Sin embargo, parece que ni la Administración ni la iniciativa privada ha visto venir esta crisis demográfica, y mientras el número de mayores crece en progresión geométrica, el de plazas en servicios dedicados a este sector de la población lo hace en progresión aritmética, por lo que el desfase entre unos y otros no ha parado de agravarse en los últimos años.

A todo esto hay que sumar el fantasma de la crisis, que planea sobre todas las inversiones actuales. Las Administraciones comienzan a verse obligadas a recortar presupuesto en numerosas partidas, lo que ralentiza los proyectos más avanzados y deja en un cajón los que en época de bonanza se anunciaban a bombo y platillo. Las peleas políticas por las ayudas para la dependencia son una constante en los informativos que no hace más que perjudicar a los más débiles: los mayores y sus familias.