La calle donde llueve cocido y vino

María Hermida
María Hermida RIBEIRA/LA VOZ.

BARBANZA

Vecinos de la avenida de la Constitución de Ribeira están hartos de que alguien tire por la ventana de un edificio cartones de vino. Lo de ayer fue el colmo; lanzaron comida

23 nov 2010 . Actualizado a las 11:05 h.

Antiguamente, en las calles se oía aquello de agua va y uno debía apartarse al instante, porque le podía caer encima todo tipo de porquerías que los vecinos echasen por puertas o ventanas. Afortunadamente, los nuevos tiempos se llevaron por delante esa práctica y hoy en día se puede andar casi por cualquier parte sin que a uno se le vengan encima aguas de fregar u otras cosas. ¡Ojo! No por todos lados. Que le pregunten a los vecinos de la avenida de la Constitución de Ribeira, en el barrio de Abesadas, que ayer se enfrentaron a una insólita y nauseabunda situación.

Resulta que, sobre las doce de la mañana, una mujer que miraba el escaparate de una tienda de decoración sintió que algo le salpicaba las piernas y la espalda. Se giró y se quedó atónita. Había llovido cocido. Tal cual. Desde alguna de las ventanas del edificio que hay en la zona -no le dio tiempo a ver cual- tiraron a la calle lo que puede denominarse un buen puchero. No en vano, en el suelo había desde pollo y patatas hasta trocitos de chorizo y repollo. La verdura, quizás porque estaba caliente, desprendía un enorme olor. Aderezando todo esto, al suelo también fue a parar una bolsa con un cartón de vino vacío dentro.

Al ver semejante mancha en la calle -se asemejaba a la de una vomitera- algunos vecinos empezaron a hacer corrillo. Unos y otros contaban que, aunque lo de ayer fue la gota que colmó el vaso, en realidad, ellos están acostumbrados a que lluevan cosas desde el edificio. Dicen que desde arriban tiran, sobre todo, cartones de vino. Aunque también otros objetos. «Un día, echaron un cinturón», decía una comerciante de la zona.

Llamada a la policía

Sin embargo, como lo de ayer fue ya de un calibre superior, una de las afectadas no dudó en llamar a la policía. Allí se presentó una patrulla de la Policía Nacional, que hizo distintas comprobaciones y dio parte de lo sucedido para que unos operarios municipales limpiasen el desaguisado. Los agentes indicaron que tanto ellos como la Policía Local harán pesquisas para acabar con esta situación.

Precisamente, los municipales de Ribeira llevan meses intentando que se cumpla a rajatabla eso que se denomina civismo. Por ejemplo, pusieron ya varias denuncias por echar papeles, cáscaras de pipas al suelo o por sacudir un mantel a la calle. Lógicamente, si esos hechos dieron pie a sanciones, mucho más duro habría que ser con la caída de todo un puchero de comida. Que menos mal que no incluía recipiente también porque, de lo contrario, si le caía encima a alguien, podría lastimarse.

Malestar aparte, los vecinos hacían pesquisas ayer. Y es que, sea quien sea el o la que se dedica a lanzar misiles en forma de vino o alimentos, tiene bastante habilidad. No en vano, aunque los residentes dicen que lo hace de cuando en cuando, la fachada del inmueble no está sucia.