«No estaba consensuado con los afectados». Esa fue la explicación de Portos de Galicia para cambiar el proyecto realizado por el bipartito en la reforma de la fachada marítima de Porto do Son. Ahora, vuelta a empezar, pues desde la Xunta aseguraron que la actuación se llevará a cabo pero en este caso con el beneplácito de los sectores implicados.
Fuentes municipales indicaron que hace un año se firmó un convenio entre el anterior responsable de Portos, Jacinto Parga, y el entonces alcalde de la localidad, Manuel Tomé, para la ejecución y mantenimiento de las obras de remodelación del borde del litoral de Porto do Son, cuya actuación superaba los 3,2 millones de euros.
Tras varios meses sin saberse nada de la iniciativa, se levantaron voces discrepantes en el municipio pidiendo explicaciones. Ahora, desde Portos afirman que se encontraron con un proyecto que no fue consensuado con el sector pesquero y social de la localidad.
«Empezar de novo»
Desde el ente autonómico indicaron que al realizarse el proyecto sin contar con los afectados, optaron por no adjudicarlo, pues «non correspondía á realidade e ás necesidades».
La Xunta considera que si los sectores implicados no pudieron realizar las sugerencias oportunas, «o mellor era botalo abaixo e empezar de novo». Borrón y cuenta nueva es lo que dicen desde la Administración, aunque esta decisión lo que provocará es que la actuación se retrase más de los previsto.
Ante esta tesitura, el departamento que dirige José Manuel Álvarez-Campana tiene clara la opción: Empezar desde cero. Por eso, Portos anuncia la puesta en marcha de nuevas conversaciones con las entidades y colectivos implicados, pues «non era normal que, por exemplo a confraría de pescadores non fose escoitada», afirmaron.
El resultado de la consulta provocará que se haga un nuevo proyecto consensuado con todos los implicados, comentaron desde la Xunta. Serán los técnicos de Portos los que se encargarán de su redacción, que estará a disposición de los vecinos y colectivos, estudiando todas las sugerencias e ideas que se formulen. Para la Administración gallega, es fundamental que la obra cuente con el visto bueno de los vecinos, con la intención de que «se faga a gusto de todos e non como o de ata agora».