17 ene 2010 . Actualizado a las 02:00 h.
El homenaje tributado ayer en el cementerio de Noal a Francisco Lorenzo Mariño, con motivo del sexto aniversario de su muerte, sirvió para que, una vez más, se escuchase la demanda vecinal de que la parroquia de Aguiño tenga un sacerdote titular.
Esta reclamación figura en el manifiesto que antes de la ofrenda floral sobre la tumba de Lorenzo Mariño leyó Unai González. En el texto también se alude a Manuel Espiña, quien, como Francisco Lorenzo, perteneció a ese grupo de hombres que relanzaron el movimiento cristiano gallego. La alusión se efectuó porque fue nombrado amigo de Aguiño y porque se encuentra bastante delicado de salud.
Después del acto sonense, se ofició una misa en Aguiño oficiada por Rubén Aramburu.