Un centenar de vecinos de Queiruga secundan la protesta contra la depuradora

BARBANZA

13 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

«Consideramos que a obra é necesaria, pero antes de que a depuradora se constrúa onde está previsto, preferimos que se descarte o proxecto e continuar como ata o de agora». Así de tajante se mostraba ayer la portavoz de los casi cien vecinos de Queiruga que se concentraron en el núcleo de A Ponte para mostrar su disconformidad con el lugar elegido por la Xunta de Galicia para ubicar una estación de tratamiento de residuos urbanos.

Pese a que el acto que se llevó a cabo justo al lado del terreno en el que ya están colocadas las marcas para la futura depuradora fue sencillo, los participantes advirtieron que no será el único. En este sentido, señalaron que están dispuestos a seguir luchando hasta conseguir su objetivo.

Y su meta pasa porque el Gobierno autonómico modifique el proyecto de la estación de tratamiento que dará servicio a las parroquias sonenses de Queiruga y Baroña cambiando la ubicación de las instalaciones, o bien que descarte llevar a cabo esta obra. Cabe puntualizar que los vecinos que ayer se concentraron en A Ponte coinciden con la Xunta en que la depuradora es necesaria, pero «non a calquera prezo».

Son varios los argumentos que esgrimen para oponerse rotundamente a la localización elegida: «No proxecto non aparece a vexetación nin a fauna existentes, a pesares de que aquí hai especies protexidas e é un coto privado de caza. Tampouco figuran os seis muíños de auga que hai, nin se ten en conta que a depuradora vai estar enriba dun río, vertendo directamente nel e afectando así á praia e á zona dunar na que desemboca», explicó una portavoz de los afectados.

A menos de cien metros

A mayores, los residentes sostienen que entre el lugar en el que está previsto situar la planta y las casas más cercanas no hay los cien metros de distancia mínima que exige la normativa vigente.

Pero las críticas de este colectivo de sonenses no van solo dirigidas a la Xunta, sino que también tienen como destinatarias a las autoridades locales. Argumentan que el proyecto de la depuradora se remonta a 1998 y que hasta hace unas semanas no tuvieron constancia de su existencia: «Tiveron que dicilo agora porque non lles quedou máis remedio, xa que precisan falar cos propietarios dos terreos para adquirilos», comentó un manifestante.

Contra los gobiernos anteriores vierten acusaciones por «ocultismo» y «desinformación» y la actitud del actual bipartito les genera cierto desconcierto: «Dixéronnos que nos ían apoiar, pero non sabemos se están a facer algo nese sentido. Fálase de que existe unha localización alternativa, pero non hai nada claro».

Y mientras la situación no se aclare, los vecinos están dispuestos a repetir y a intensificar las movilizaciones.