A lo largo del 2008, las cosas se le pusieron difíciles al Concello de Boiro en lo que a urbanismo se refiere. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia emitió al menos tres sentencias, no firmes, que anulaban el plan xeral que lleva en vigor en la villa desde el 2003. Todos los textos legales venían a decir lo mismo: que el planeamiento debía echarse abajo porque, entre otras cosas, se había aprobado sin el informe de Patrimonio. Ahí empezó una batalla del gobierno local para que no se anulase el documento urbanístico que había parido el ejecutivo de Jesús Alonso y que, de desaparecer, obligaría a volver a las antiguas normas subsidiarias, previas al plan xeral. Lo que se hizo fue presentar recursos de casación. ¿Qué pasó con ellos? Uno acaba de ser admitido a trámite por el Supremo y, el resto, al parecer, aún están a la espera de si el tribunal los acepta o no.
Cuando salieron las sentencias en contra del plan xeral y en Boiro empezó a cundir el pánico, puesto que si estos fallos se hacen firmes tocaría volver a las viejas normas, con una edificabilidad mucho menor, muchas voces indicaron que el Concello no tenía nada que hacer en el Tribunal Supremo, que no se iban a admitir sus recursos. Sin embargo, finalmente no fue así. En un auto de este mismo mes, la Justicia indica que el recurso de casación puesto contra una de las sentencias que anula el PXOM sí se admite y que, por tanto, ahora toca esperar a que el Supremo diga si hay que anular o no el planeamiento. Mientras, según el Concello, «séguese como ata o de agora, co PXOM totalmente en vigor».
Podría pensarse que, habiendo al menos tres sentencias, de poco vale que se haya admitido solo uno de los recursos. Sin embargo, como los tres fallos judiciales son prácticamente idénticos, algunos juristas indicaban ayer que lo normal sería que todos los recursos contra estas sentencias acabaran admitidos a trámite igualmente.
Falta la resolución
De todas formas, para dar muestra de la importancia de la decisión tomada por el Supremo, el gobierno local hablaba ayer de lo que pasaría si este recurso no se admitiese a trámite. «Automaticamente quedabamos sen plan xeral, polo que a nova é moi positiva», indicó el alcalde.
Asimismo, desde el bipartito boirense aludían a que, al admitirse a trámite, el Concello tiene un margen de maniobra amplio para redactar un nuevo planeamiento. Es decir, la intención del ejecutivo que encabeza Xosé Deira es que, mientras el Supremo decide si se anula o no el PXOM aprobado en el 2003, se apure la revisión de ese documento, para que, en el caso de que el fallo sea desfavorable «xa estea listo o novo planeamento e non teñamos nin problemas nin que volver ás antigas normas subsidiarias».
El recurso de casación que se admitió a trámite se presentó contra una sentencia que ganó una vecina del municipio. El Concello también se defendió igualmente por los fallos judiciales que obligaban a anular el plan tras las denuncias presentadas tanto por Manuel Velo, ex alcalde y líder de ICB, como por otro vecino. Distintos juristas calculan que, como mínimo, pasarán dos años hasta que el Supremo emita su veredicto.