Los ganaderos mazaricanos también estuvieron en Santiago

X. Ramón Alvite

BARBANZA

Unos 150 profesionales acudieron a una manifestación que puso de relieve la desunión existente en el sector

20 nov 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Que las granjas lecheras de la comarca, igual que las del resto de la comunidad, están en horas bajas es una evidencia. Cobrar un 30% menos por la materia prima que se produce mientras los gastos se incrementan más del 40% en un año es una contingencia difícil de afrontar para cualquier negocio. Una situación que se ha convertido en dramática para muchos y a la que se le antojan pocas soluciones. Es por ello, o quizá hubiese que decir pese a ello, que 150 ganaderos de la zona decidieron aparcar el trabajo en sus explotaciones y acudir a la manifestación que los sindicatos agrarios realizaron en Santiago en defensa del sector lácteo. Una convocatoria a la que muchos fueron en autobús -el Concello de Mazaricos fletó uno con el alcalde, José Manuel Santos Maneiro, a la cabeza- y otros en sus vehículos.

El punto de encuentro fue la Alameda compostelana para los que acudían a la marcha convocada por Xóvenes Agricultores y Unións Agrarias, y la estación de autobuses para los que optaban por el acto de protesta organizado por el Sindicato Labrego Galego. Precisamente, el hecho de que las centrales no efectuasen un acto conjunto suscitó las quejas de muchos asistentes que, tras la pregunta de «¿ti para cal vas?», criticaban la situación: «Se eles non se unen, ¿como queren que nos unamos nós?», o «isto non é máis que política, o leite impórtalles pouco».

La desunión sindical actual no es más que el reflejo de lo mal que están las cosas en el campo. Porque, ¿quién va a tener en cuenta las reivindicaciones de un colectivo que llega dividido a un acto de protesta?, ¿dónde se ha visto que los que, en teoría, son los legítimos representantes de los productores, no se pongan de acuerdo en los problemas del sector?

Sirva de ejemplo que incluso las dos organizaciones que compartían marcha repartieron antes de la salida chalecos entre sus simpatizantes, unos verdes y otros naranjas. Que se supiera bien quien era de quien y, a fin de cuentas, quien tiene mayor capacidad de convocatoria.