La Cofradía de Portosín enseñará español a los marineros extranjeros

BARBANZA

28 feb 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

La globalización también ha llegado al sector pesquero. Los jóvenes gallegos ya no quieren trabajar en el mar y los armadores tuvieron que buscar tripulaciones más allá de las fronteras de la península Ibérica. En los últimos años, es frecuente ver en los puertos ciudadanos de otras nacionalidades que poco a poco se han hecho un hueco en los barcos de la zona. El principal problema que tienen los armadores es la comunicación, ya que la mayoría de los marineros africanos desconocen el idioma. La Cofradía de Portosín se propone dar la vuelta a la situación y anuncia la puesta en marcha de un proyecto para enseñar español a los inmigrantes que lo necesiten.

El patrón mayor de la localidad, Eduardo Carreño, explicó que en los últimos meses creció considerablemente la cifra de tripulantes extranjeros en los barcos del cerco.

Los nuevos profesionales tienen pasaporte de países como Marruecos, Perú y Senegal, principalmente. Los sudamericanos se adaptan perfectamente a las plantillas de los barcos, puesto que su idioma es igual o similar al español, por lo que la comunicación es perfecta.

Situación difícil

Pero el problema surge a la hora de embarcar a marineros procedentes del continente africano. En el último año, llegaron a la localidad unos quince senegaleses, de los cuales muy pocos conocen el idioma español. «Tan só un deles fala perfectamente castelán. Incluso é o que fai de intermediario entre os seus compañeiros e os armadores para resolver os papeis ou todas as cuestións legais», explicó el responsable de la cofradía sonense.

Para Eduardo Carreño, esta circunstancia dificulta las tareas, ya que en algunas embarcaciones hay en la actualidad cuatro senegaleses y otros tantos españoles. «O peor é que non hai entendemento polo que é moi difícil traballar e darlles ordes».

La intención del pósito sonense es poner en marcha una escuela para estos trabajadores con la finalidad de que vayan conociendo el idioma y se puedan ir integrando. Eduardo Carreño destacó que las clases serán los viernes por la tarde y los sábados, cuando disponen de tiempo libre. La iniciativa se retrasará unas semanas hasta que la mayor parte de la flota regrese de la costera del verdel.