Cuando el hospital no interesaba

serxio gonzález Nachortas VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Vilagarcía pagó sola en su día la expropiación de los terrenos. Para los alcaldes de Vilanova y Cambados «no era su guerra»

11 dic 2011 . Actualizado a las 14:55 h.

La rebelión de los alcaldes socialistas de A Illa y Catoira, contra la decisión de que sean los concellos concernidos los que costeen los terrenos para ampliar el Hospital do Salnés, trae de nuevo a primera línea de fuego un concepto tan castigado como socorrido: la solidaridad entre municipios. Como la memoria está ahí para algo, tal vez convenga, a la hora de centrar este debate, ejercitarla un poco. Tomemos la manilla del reloj y hagámosla retroceder unos cuantos años, 16, por ejemplo, y veamos qué es lo que sucedía cuando el complejo sanitario estaba en fase de alumbramiento.

En 1995 lo que figuraba sobre la mesa era la ocupación de 24.636 metros cuadrados de superficie en Estromil, Ande, Rubiáns, el lugar en el que hoy se levanta el hospital comarcal. El Concello de Vilagarcía depositó 12 millones de las antiguas pesetas como indemnización para los titulares de los terrenos, que estos se negaron a recoger para acudir, en cambio, a un recurso contencioso. Un particular solicitaba hasta 500 millones de pesetas por su propiedad. En estas andaba el fregado cuando la comisión ciudadana que impulsaba la creación del complejo sanitario convocó una manifestación para el 11 de noviembre. Su intención, que la Xunta, entonces bajo la presidencia de Manuel Fraga, desbloquease un proyecto en el que nunca creyó.

Los Concellos de Vilanova y Cambados, que junto a Vilagarcía conforman el trío de municipios más poblados del área de influencia del hospital, no solo niegan su apoyo oficial a la movilización. Sus respectivos alcaldes aclaran, además, que se trata de una iniciativa y un problema que atañen únicamente a la capital arousana, y que ahí se las componga el gobierno local que entonces encabezaba el socialista Javier Gago.

«Tampoco es nuestro hospital»

Las declaraciones de los regidores son elocuentes: «Esta es una guerra de otros, por ejemplo de Vilagarcía», proclamó el entonces alcalde popular de Cambados, Santiago Tirado, para ironizar a continuación sobre el alcance de un proyecto que «en principio iba a ser un hospital comarcal». No anduvo lejos el también conservador Gonzalo Durán, que en sus primeros meses al frente del Concello de Vilanova hablaba claro: «Tampoco es nuestro hospital». El actual presidente de la Mancomunidade do Salnés abundaba en el asunto: «Es el hospital de Vilagarcía, porque a los otros ayuntamientos no se nos consultó nunca nada sobre la ubicación». Un emplazamiento que la Consellería de Sanidade decidía y comunicaba oficialmente el 6 de agosto de 1993, y para el que el munícipe vilanovés defendía tres alternativas de carácter, insistía Durán, gratuito.

Tres lustros más tarde, el hospital parece ser al fin de todos, al menos atendiendo a los discursos oficiales. Es lo bueno del pensamiento por etapas, que gana riqueza con el tiempo y se muestra capaz de corregir errores y empecinamientos pasados.

La cuestión desembocó en el desembolso de 123 millones de pesetas por unos terrenos que el Concello de Vilagarcía pagó en solitario. Era, claro, su guerra. El precio, de 4.500 pesetas por metro cuadrado (unos 27 euros de entonces, que hoy, actualizados con el interés legal del dinero desde 1997, ascenderían a 53,16 euros), fue tachado de «escandaloso» por Gago López, que recurrió el fallo del Jurado Provincial de Expropiación, superior por ejemplo al que poco antes se había pagado por el polígono industrial de Trabanca-Badiña: apenas 1.800 pesetas por metro. Parece ser que ahora toca rascarse otra vez el bolsillo y los municipios afectados cotizarán el suelo para la ampliación a razón de 70 euros el metro cuadrado. Mientras, el nuevo complejo de Pontevedra será expropiado a cargo de la Xunta, denuncia el PSOE como discriminación. Qué cosas pasan, oiga.

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