Guau, de Eldorado a la bancarrota

Maruxa Alfonso Laya
M. Alfonso VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

La conservera que deja en la calle a 80 personas recibió 4 millones de euros de la Xunta

16 nov 2011 . Actualizado a las 13:42 h.

Alimentos Arosa, ahora rebautizada como Conservas Guau, fue una de las empresas más emblemáticas de Cambados. Propiedad de la familia de Manuel Otero, la conservera ha vivido, en esta última época, un sinfín de vicisitudes que, todo parece indicar, la han abocado al cierre definitivo. Cambios de dueños, factorías nuevas y una inversión pública que podría superar los cuatro millones de euros no han servido para sacar adelante a una empresa cuya situación privilegiada en el casco urbano de Cambados le otorgaba un valor añadido para los especuladores inmobiliarios. El tiempo demostró que en Alimentos Arosa no hubo negocio ni para fabricar conservas, ni para construir viviendas. Ochenta personas se han quedado en la calle.

Los primeros problemas de Alimentos Arosa surgieron en el 97. La empresa precisaba nuevas instalaciones, pues las actuales no cumplían con la normativa en materia de sanidad. Y se iniciaron los trámites para trasladar la firma a Tragove. En noviembre, los propietarios obtuvieron la autorización para instalarse en la rada cambadesa. Dos años después, y con la factoría en el mismo sitio, las trabajadoras iniciaron movilizaciones pues se hablaba ya de la intención del empresario de proceder al cierre de la factoría.

La primera venta

Las trabajadores comenzaron a movilizarse y exigieron al Concello que no permitiera recalificar los terrenos sobre los que se ubicaba la conservera sin que antes se garantizase la conservación de los puestos de trabajo. Aparecen dos ofertas de compra: la de un empresario extranjero y la de un grupo de patronos cambadeses. Finalmente, fue esta última oferta la que se hizo realidad y, en noviembre del 2000, Alimentos Arosa cambia de dueños por primera vez. La oferta de los cambadeses despierta el recelo entre las trabajadoras, pues muchos están ligados al sector inmobiliario.

En el 2002, la conservera estrena nuevas instalaciones en el polígono industrial de Sete Pías. Una fábrica en la que la Xunta se gastó alrededor de tres millones de euros. Al mismo tiempo, comienza la urbanización de terrenos en el casco urbano. Pero solo se puede acometer en una de las parcelas. La otra, todavía hoy, está pendiente del PXOM.

La calma entre las trabajadoras dura poco, porque cuatro años después aparece una nueva oferta de compra. Crista da Onda, una empresa de Marín, se hace con la factoría por dos millones de euros. Anuncia más carga de trabajo mediante la puesta en marcha de nuevas líneas de producción. Su proyecto se agota solo tres años después. Según la CIG, las irregularidades en la gestión durante el año 2009 provocan pérdidas económicas. Delmar Creek se hace entonces con el 51 % de las acciones y anuncia la firma de un contrato con Apicalia para elaborar lomos de pescado. Entre el 2008 y el 2009 el Igape le concede créditos por más de un millón de euros. No sirve de nada. Una denuncia por estafa sirve para que Conservas Guau eche el cierre. Y todo parece indicar que este es el definitivo.

En el año 97 Alimentos Arosa inicia los trámites para trasladarse al muelle de Tragove

Ni los cambios de dueño, ni la nueva fábrica sirvieron para sacar adelante la empresa