La Xunta investiga las ayudas dadas al criadero de los parquistas

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Inprocar recibió 2,6 millones en subvenciones para la planta de Ribeira

01 nov 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

La Consellería do Mar va a fiscalizar el destino de las ayudas públicas que recibió la empresa Inprocar de Carril S. L. para la construcción y puesta en funcionamiento del criadero de almeja que construyó en Ribeira. Con este objetivo, va a poner el caso en manos del servicio de Intervención de la Xunta de Galicia «para que analice la situación y ver si hubo una mala ejecución de las ayudas», según explicó el director xeral de Competitividade e Innovación, Juan Carlos Maneiro. Según este, los informes financiero y técnico encargados al efecto apuntan que existen «serias dudas» respecto al modo en que se realizaron las inversiones en la planta de Ribeira, de ahí que la consellería haya decidido investigar el asunto.

Según los datos aportados por Juan Maneiro en comisión parlamentaria, las ayudas concedidas a Inprocar ascienden a 3,1 millones de euros, de los cuales ha recibido 2,6 millones.

Rosario de inversiones

Inprocar nace hace una década con capital totalmente gallego y al amparo de la agrupación de parquistas de Carril. La empresa solicita la primera ayuda a la Xunta en el 2003. Para una inversión de casi un millón de euros, el gobierno de López Veiga le otorga 460.000 euros con cargo a los fondos IFOP.

En el 2007, con la planta funcionando y el bipartito en el gobierno, Inprocar solicita una nueva ayuda para invertir 4,5 millones en la modernización de las instalaciones y la construcción de una batea de preengorde. Se le otorgaron 2,2 millones de los cuales solo se pagaron 1,8, según los datos facilitados por la consellería

En el 2009, Inprocar pide otra subvención, pero esta vez la consellería rebaja sus pretensiones y solo le concede 447.000 euros -aún sin abonar- para un proyecto presupuestado en 1,8 millones. Ese mismo año, cuando los parquistas vuelven a llamar a las puertas de San Caetano para conseguir fondos con que comprar un barco auxiliar, vuelven a padecer los recortes. Los parquistas presentan un proyecto por valor de 783.192 euros que la consellería, de nuevo en manos del PP, minora hasta los 380.000. La ayuda aprobada se limita a 228.000 euros e Inprocar opta por rechazarla porque le parece escasa. Vuelve a probar suerte en el 2010, pero como los criterios en Mar no cambian, acaba presentado un recurso contra la resolución del expediente.

Inprocar no desiste. En el 2011 vuelve a dirigirse a Mar para pedir otra subvención con cargo a esta anualidad para la construcción de un barco tipo catamarán para usos acuícolas, por valor de 592.720 euros. La petición está pendiente de resolución a día de hoy.

Crédito fallido

Los parquistas también buscaron el amparo del Igape para optar a un crédito, pero su demanda cayó en saco roto «porque el proyecto no parece viable debido a la baja producción de la hatchery», según explicó Juan Maneiro. «No dudo de que José Luis Villanueva sea un magnífico parquista pero tengo mis dudas de que sepa dirigir una hatchery. En el 2007 construyen una batea para preengorde por valor de un millón de euros cuando no había ni producción en el criadero, lo cual lastró el proyecto», añade el direcctor xeral.

«Creemos que hay un problema de concepción en el acceso a las ayudas públicas, presentando proyectos poco definidos. Estamos hablando de dinero público, tanto sea de la Xunta, del Estado o de la Unión Europea. Hay un intento de acceder a las ayudas de manera laxa y nosotros buscamos la máxima seguridad jurídica. Hay auditorías y, si no se cumplen los requisitos, eso implica el reintegro del dinero», advierte Maneiro.

«Este proyecto [el criadero de Inprocar] tiene importancia estratégica e interés público para nosotros pero eso no debe confundirse con dar carta blanca. Posiblemente en el 2003 no se evaluó bien la viabilidad de este proyecto, pero el hecho de venir avalado por los parquistas, pesó. Y en el 2007, el bipartito no hizo una evaluación seria. En el 2009 fuimos rigurosos cuando minoramos en un 60% la inversión, pero no es una decisión del director xeral sino de los técnicos», añadió.