Ninguna regla del mundo del fútbol obliga a ningún equipo a grandes propuestas para llevarse un partido, y hasta una Liga con posterior ascenso. A veces basta con armar un bloque granítico con alguna que otra veta reluciente que resista el mayor embate imaginado, al tiempo que se remata al oponente con uno o dos destellos cegadores.
Habrá que ver cómo termina luciendo a final de temporada el traje nuevo en cuyo patrón todavía parece estar ocupado Milo Abilleira. Pero al menos ayer, el Pontevedra se mostró como uno de esos austeros jugadores a los que una pequeña apuesta les vale para ganar el euromillón.
Si alguien salió ayer al San Pedro con una idea clara de cómo buscar los 3 puntos en juego ese fue el equipo local. Un Vilalonga que cual David, era sabedor de que solo tenía una oportunidad frente a su particular Goliat. Salir desbordando energía, para sorprender al Pontevedra mientras le aguantase el cuerpo.
Con una efectiva presión en el centro del campo y la motivación extra de toparse ante la que puede ser una ocasión única para muchos jugadores celestes en sus carreras deportivas, los hombres de Leis encajonaron a su oponente en la primera media hora de juego, generando muchísimo peligro con veloces contras y transiciones.
Portela avisó en el primer minuto con un disparo potente que se fue por poco por fuera, y Nelo mandó al larguero el esférico en el 23, con un gol anulado a Miguel en el 8 por un dudoso fuera de juego en su cabezazo a saque de falta lateral de Saúl.
En el último cuarto de hora de la primera parte el Vilalonga pagó su derroche inicial, concediendo demasiadas faltas peligrosas al Pontevedra por puro cansancio. Y en una de ellas Yago aprovechó un rechace y la pobre respuesta de Pazos para subir el 0-1 desde el fondo derecho de la portería casi sin ángulo.
En una segunda parte sin apenas historia, la definición de Manu Barreiro cerró un partido aún abierto en el minuto 71 cazando al vuelo un gran pase en largo de Antonio. Al poco tiempo el propio Barreiro finalizaba un robo de balón al borde del área celeste obra de Richi y Campo, con la colaboración necesaria de un Pazos al que se le escurrió el balón.
Goles: 0-1, min 38: Yago. 0-2, min 71: Manu Barreiro. 0-3, min 74: Manu Barreiro.
Árbitro: Pedro Rey Simóns, de Vigo, auxiliado en las bandas por Iván Mosquera Goce y Pablo González Muñiz. Amonestó a los jugadores locales Leo y Portela, y a los visitantes Richi, Pablo Suárez, Pazó y Gonzalo.
Roberto Pazos, Leo, Pablo, Miguel Vázquez, Fran Matos, Tachi, Nelo, Saúl (Tenorio, min 77), Machu, Portela (Ramón, min 77) y Diego Blanco (Anxo, min 64)
Lorenzo, Richi, Pablo Suárez, Pablo Ruíz, Pazó (Suso, min 58), Bardal, Carlos Campo, Yago (David Pérez, min 63), Máikel (Antonio, min 52), Manu Barreiro y Gonzalo