El estudio de la USC descubre un nuevo yacimiento romano en Valga

P.P. Vázquez VILAGARCÍA/LA VOZ.

AROUSA

06 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Hace tres años el Concello de Valga y el grupo de investigación Arqueopat de la Facultad de Historia de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) se aliaron para rescatar del olvido parte de las muchas riquezas que esconden los suelos de la localidad del Baixo Ulla. Sobre la mesa se dibujaron dos líneas de trabajo. Una destinada a la excavación de la zona de Igrexa Vella en busca de evidencias de la existencia de un monasterio medieval en Cordeiro, cuyos trabajos sobre el terreno se han venido realizando en las últimas semanas. Y la otra, la prospección terrestre y subacuática en el lugar de Agramar con el objetivo de localizar los posibles restos de la Turris Augusti, monumento al emperador Augusto que el autor romano Pomponio Mela situó en la zona en el Siglo I después de Cristo. Recabar datos acerca del histórico comercio y navegación fluvial en el río Ulla desde la Edad del Bronce era otro de los puntos de partida de los trabajos pensados en Agramar, acometidos en el 2008.

El arqueólogo Ignacio Crespo, representante de Argos, la empresa de actividades subacuáticas que colaboró en la prospección de Agramar, se encargó ayer de presentar en el Museo Histórico de Valga los hallazgos descubiertos ante un auditorio en el que se encontraban el alcalde, José María Bello Maneiro, el presidente de Portos de Galicia, José Manuel Álvarez Campana, y los directores científicos del proyecto, el catedrático de Arqueología de la Facultad de Historia de la USC Fernando Acuña y la profesora titular de Arqueología y jefa del departamento de Historia de la universidad santiaguesa, Raquel Casal.

Las 20 hectáreas de suelo sondeado, no solo en Agramar, sino también en la zona contigua de Cortinallas, reflejaron el intenso tráfico comercial que hubo en el pasado a través del Ulla, con el registro en el 2008 de unos 70 fragmentos cerámicos de época romana, medieval y moderna. Más allá de los objetos, la prospección, meramente visual, sin catas, permitió documentar una nueva estación rupestre con cazoletas en un soporte granítico, un área con material medieval, relacionable con la explotación agraria en el entorno de A Devesa, y un yacimiento no catalogado con abundante material de época romana de unos 7.000 metros cuadrados que parece tener muros perimetrales y se localiza en el área en el que Mela sitúa la Turris Augusti. El estudio baraja que también podría tratarse de un puerto fluvial romano.