Los expertos advierten de que no habrá igualdad laboral sin la doméstica

E.Larriba

VIGO CIUDAD

07 abr 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

El trabajo como cuestión central de la economía fue debatido ayer en la Semana Galega de Filosofía desde el prisma de las desigualdades de género existentes en el mercado laboral español.

Coral del Río, profesora titular de Economía Aplicada de la Universidad de Vigo y especialista en el tema, analizó las diferencias entre hombres y mujeres en términos de salario y otros parámetros, ofreciendo una reflexión desde la teoría económica sobre el porqué de esta situación de discriminación femenina.

Según esta experta, ya antes de la crisis la media del salario/hora de las mujeres apenas sobrepasaba el 75% del que perciben los hombres. «Esto es bastante común en los países que nos rodean, no es excepcional -dijo-, pero los modelos a seguir son los de los nórdicos, donde estas diferencias son menores».

La discriminación femenina se manifiesta, además, en unas tasas de inserción laboral que decaen a mayor número de hijos, en una menor presencia de las mujeres en los niveles profesionales superiores, en una más elevada contratación temporal o a tiempo parcial, así como en unas peores condiciones de trabajo y de menor calidad. Del Río aludió a estudios sobre la segregación ocupacional en los que se ve claramente que, aunque las mujeres españolas han avanzado mucho, «el mundo de la empresa es muy cerrado para ellas, sobre todo, en los niveles altos de responsabilidad».

Causas

Respecto al porqué de esas diferencias, señaló que la teoría económica predominante es muy conservadora a la hora de explicar este fenómeno. «Lo achaca al comportamiento de los agentes en los mercados y, en alguna medida, lo justifica en el sentido de que las mayores responsabilidades de las mujeres en el ámbito del hogar hacen que ellas mismas prefieran puestos de menor categoría y trabajos a tiempo parcial». Sin embargo, al margen de esas teorías estándar, Coral del Río, expuso otras que explican que los comportamientos discriminatorios están presentes dentro del mercado y son ejercidos por los empleadores.

Los contratos a tiempo parcial en España tienen una incidencia en la población femenina ocupada del 24%, frente al 5% en el caso de los hombres. Y en tiempos de crisis se intenta propiciar más esa reducción de jornada a las mujeres, «perpetuándolas en una situación secundaria».

Aseguró que los datos demuestran que el nivel de formación de las mujeres empleadas es mayor que el de los hombres y que no es cierto que sean menos productivas. Pero, en todo caso, añadió que «el simple hecho de que la sociedad siga pensando que el mantenimiento y los cuidados en el hogar sean solo o fundamentalmente una responsabilidad de las mujeres ya es un sesgo a la hora de valorar sus cualidades y potencialidades y un lastre para su desarrollo personal y profesional».

Para corregir las desigualdades fomentadas por el modelo económico vigente, esta experta abogó por la aplicación de políticas de corresponsabilidad. «No es solo que los hombres se incorporen a las tareas del hogar, sino que por ley hay que concederles unos derechos de paternidad iguales a los de maternidad para el cuidado de los hijos en el momento del nacimiento o la adopción», señaló.

Tras subrayar los avances legislativos en materia de igualdad, Del Río se mostró defensora acérrima de los permisos parentales «idénticos, intransferibles e incluso obligatorios» tanto para los hombres como para mujeres.

«El objetivo es que las mujeres puedan ser profesionales y madres y los hombres padres y profesionales, sin que nadie tenga que desmarcarse del mercado laboral». En este sentido, concluyó que «solo si se asume que los cuidados en el hogar son responsabilidad de todos los miembros adultos, podremos compartir el trabajo fuera en condiciones de igualdad».